Edificio de Telégrafos, la primera aduana del puerto

Su arquitectura le hace ser de los más admirados del Centro Histórico

Edificio Telégrafos de Tampico, primer aduana del puerto
Cristina Gómez
Tamaulipas /

Un 5 de noviembre de 1851, se inaugura la primera línea telegráfica que comunicaba la ciudad de México con el poblado Nopalucan, Puebla. Ahí empezó un nuevo sistema que acortó distancias y conectó paulatinamente las ciudades más importantes del país.

Durante el Porfiriato, las líneas telegráficas alcanzaron más de 40 mil kilómetros de longitud que facilitaron la comunicación con zonas remotas y se convirtieron en un instrumento confiable para las operaciones financieras.

El telégrafo fue pieza clave en esa época. 

Las nuevas tecnologías lo mismo transmitían buenas que malas noticias y permitieron coordinar inclusive estrategias militares durante la Revolución.

Edificio Telégrafos de Tampico, primer aduana del puerto | Especial

El español Juan de la Granja, fue el primero en establecer el telégrafo electromagnético en la República Mexicana. A través de este medio de comunicación y la clave morse, pasaron numerosos mensajes como las noticias de la invasión francesa, pasajes de la Revolución, la Expropiación Petrolera, entre muchos otros. Sería el punto de partida para el desarrollo posterior de las telecomunicaciones.

Hoy en día, el edificio de Telégrafos Nacionales en Tampico es uno de los inmuebles admirados en el Centro Histórico, pero pocos saben que en sus terrenos operó la primera Aduana del puerto, pues el muelle estaba casi en el centro de la ciudad.

Al respecto, el historiador Josué Iván Picazo Baños, señala que desde la fundación de la ciudad en 1823, se asignaron los solares 7 y 8 para la “Casa de la Aduana”, predios que actualmente ocupan los edificios de Correos y Telégrafos, en el costado norte de la plaza de la Libertad.

“Primero como Receptoría Marítima, en esa ubicación se encontraba el edificio desde donde se administraba la actividad portuaria de Tampico, hasta que, en 1891, un incendio lo destruyó”, relata.
Edificio Telégrafos de Tampico, primer aduana del puerto | Foto: Yazmín Sánchez

Narra que tuvo entonces que instalarse una aduana provisional en Doña Cecilia, hoy Ciudad Madero, y en 1902 se inauguró el muelle fiscal y la Aduana Marítima de Tampico, que se habían construido sobre el islote que antiguamente dividía el cauce de los ríos Pánuco y Tamesí.

El Dato...

En 1907 y 1908, se construyeron los edificios de Correos y Telégrafos, respectivamente, en el terreno que había ocupado la antigua aduana.

Fiel testigo del paso del tiempo, el inmueble transporta a aquella época en que la forma más rápida y fácil de comunicarse era a través de un mensaje cifrado en puntos, rayas y espacios, comenta Picazo Baños.

"Nos hemos habituado tanto al envío instantáneo de mensajes, ya sean textos, audios o imágenes, que cuesta trabajo pensar que hasta hace unas décadas esa era la manera de comunicarse".
Vista de los edificios de Correos y Telégrafos Nacionales en 1937. | Especial

Refiere que desde mediados del siglo XIX.el telégrafo transformó la concepción que hasta entonces se tenía del tiempo las distancias.

El investigador Josué Picazo comenta que aún antes del ferrocarril, el telégrafo acortó distancias entre Tampico y ciudades del interior del país como Tula y San Luis Potosí.

En su momento los servicios de correos y telégrafos eran necesarios para afianzar las comunicaciones hacia el puerto, por lo que fue la apuesta del gobierno federal, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes Telegramas, giros, remesas. servicios financieros básicos, cobranza por cuenta de terceros, pago a adultos mayores y más, son parte de los servicios que brinda en nuestros días.

El edificio de Telégrafos, de estilo afrancesado, hace ver la grandeza de la época porfirista. Está inscrito en el Catálogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (1985) y el Registro Estatal del Patrimonio (2018).

Ubicado en calle Madero, entre Juárez y Aduana, es uno de los bienes federales más admirados por propios y extraños. Patrimonio arquitectónico tangible con que cuenta la ciudad, por ser parte de su historia y desarrollo. 

Con sus más de cien años de vida, hoy en día clama ser volteado a ver por parte de autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Mientras tanto, sus paredes que encierran grandes historias, esperan pacientemente su visita.

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