Para el arquitecto Eduardo Terrazas (Guadalajara, 1936), el ser humano proviene de un origen común con los demás seres vivos, al que denomina "primera naturaleza"; pero, gracias a su capacidad intelectual, de creación y entendimiento, fue capaz de crear una cultura que permitió su bienestar y desarrollo, a la que llama "segunda naturaleza".
"Todo lo que ha hecho el hombre es para poder situarse en el universo, es su forma de entenderlo y reaccionar para él saber que le corresponde; crea para poder subsistir y por la necesidad de expresarse", dice. Por ello, en el libro Segunda naturaleza (RM), el arquitecto —quien diseñó el cartel y logotipo de los Juegos Olímpicos de México 68—, pretende hacer una reflexión sobre la interacción del hombre con su primera naturaleza, de la que cada vez se aleja más.
"La segunda naturaleza son todas las creaciones del hombre, lo que, a partir de de la primera naturaleza, ha logrado mediante el uso de la razón, la inteligencia y la memoria. Entre estos artificios se incluye el arte, que fue creado para que el ser humano pudiera explicarse y trascender en el mundo; para tener una visión de dónde está situado y hacia dónde podrá llegar. Por ello, a partir del arte busco cuestionar todo el desarrollo que hemos tenido como especie", explica Terrazas a MILENIO.
Entre las obras del volumen está una fotografía de una de las pruebas atómicas que el Ejército estadunidense hizo en las Islas Bikini en 1946, la cual para Terrazas es un claro ejemplo de cómo el llamado "progreso" del hombre se siente superior pero está destruyendo a la primera naturaleza.
"¿En qué medida el hombre tiene la posibilidad de alejarse de la primera naturaleza por la acción de la cultura que ha construido?, ¿puede esa segunda naturaleza llegar a convertirse en una oposición destructiva de la primera? Eso está pasando en el mundo, y yo cuestiono eso de que la humanidad no se ha dado cuenta de que cada vez se está volviendo más ajena a la naturaleza y de que se está matando a sí misma al hacerlo".
Varias piezas son de la serie Posibilidades de una estructura, una exploración visual en la que, a partir de una sencilla estructura geométrica, se obtienen un sinfín de variaciones sin que en éstas se pierda la configuración inicial. "Muchas se parecen pero no son exactamente lo mismo: todos los humanos compartirnos el 99.5 por ciento del genoma, pero lo poco que resta es aquello que nos hace diferentes los unos a los otros".
Terrazas no considera abstractas sus obras, pero aclara: "Casi todo el arte es abstracto porque no puedes copiar la naturaleza exactamente como es; puedes hacer una interpretación de un brazo pero no el brazo como tal". Para ello, según él, primero es necesario comprender qué es lo que uno quiere decir, saber la forma en la que lo va a expresar, para qué y para quién hacerlo, "porque si solo es por tu ego pues andas muy mal".
"El arte tiene una función social: es un lenguaje que el hombre crea para poder situarse en el universo. Estamos ante una nueva época y en un momento crítico, pero creo que a través del arte se pueden decir ciertas cosas: si matamos la primera naturaleza nos matamos nosotros mismos pues somos parte de ella. Debemos encontrar cómo armonizarnos con ella y debemos de dejar de sentirnos superiores".