Eko de la Garza alegró a los lectores que acudieron este 31 de agosto a la Librería Rosario Castellanos. Cuando vieron el librero que el artista intervino, querían llevárselo. Para lograrlo, compraron libros y depositaron los tickets a fin de participar en una tómbola.
Fue el azar el que eligió a la persona ganadora de esta pieza única. Con el número de folio 1002, José Manuel Delgadillo Onofre fue el ganador y dijo a MILENIO que gastó casi 30 mil pesos en libros con la esperanza de llevárselo.
“La verdad no pensé que lo iba a lograr. Compré varios libros, entre ellos uno de Voltaire, Los tres mosqueteros y una edición única de Maquiavelo”.
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Antes de que se diera a conocer al ganador, Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, dijo: “Traté de cambiar cuatro novelas mías por el librero de Eko pero me mandaron a la chingada. No puedo participar en este tipo de cosas porque luego gano y dicen ‘ahí hubo mano negra’, entonces valí madres. Ya Eko me dijo: ‘Ofrécele cinco novelas y a lo mejor pega’”.
Intención artística
El artista de la colección Milenio Arte dice que es la tercera o cuarta vez que interviene un librero diseñado por el Fondo de Cultura Económica para fomentar la lectura.
“Siempre trato de darle una visión diferente porque es un objeto que tiene que habitar un espacio, más allá de ser un simple contenedor de volúmenes editoriales”.
Su intención como artista e ilustrador es que el librero también hable, por eso dibujó fauces de león y ojos mirando. Dice que eso le exige al propietario que lea muchos libros, que los devore, pues la petición es que sacie el hambre de ese librero.
“Porque un librero vacío es un librero fracasado, derrotado en su existencia como objeto en esta realidad. El librero tiene que estar lleno de los libros que ya leíste, que vas a leer y que te dejarán marcado para siempre”.
Eko desea que la persona que ganó este objeto artístico se convierta en un adicto a la lectura, “que esté siempre con el ansia de llenar ese librero de libros”.
El librero está repleto de arte y de mensajes que motivan a leer. “Cada vez adaptan el librero para que quepan los mensajes y pueda contener más libros. Es un reto para mí porque siempre estoy leyendo un libro diferente, y entonces nacen nuevas ideas con respecto a la lectura y a los libreros. Su forma ha evolucionado de una manera muy especial, ya que antes era rombos y apenas cabían unos cuantos volúmenes. Ahora, con los nuevos diseños, caben más con todo y los mensajes”.
Hacer este librero, asegura, constituye una de las obras anuales de su trabajo. Actualmente está realizando un proyecto relacionado con el poeta inglés John Milton (1608-1674), autor de El paraíso perdido, para una editorial de Nueva York, y prepara cuatro murales temporales para el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
El artista invita a la reflexión con sus diseños pues dice que el libro es un peligro, obliga al individuo a leer más debido a que no es suficiente con uno. Al comprar un libro se cae en la trampa de adquirir más.
“Leer un libro es una amenaza porque precisamente es en este soporte que la obra se vuelve inmortal”, dice.
El librero de Eko recurre a frases como “El libro, el enemigo público” porque “te cambia la realidad, ya no eres la misma persona después de leer un libro. Porque desafía no sólo a la autoridad sino al dogma. Porque se conversa con escritos de hace siglos. Porque nadie puede ser dueño de la imaginación que el libro te despierta y nadie puede quitarte lo que aprendes”.
Dice que los libros tienen demasiadas ideas porque en unas cuantas páginas les cabe una revolución, una utopía, una intención de cambiar a la sociedad. “Las grandes reflexiones sobre nuestra existencia están en un libro; no están en videos, no están en Tiktok. La Biblia, que habla de la creación de la humanidad, está en un libro”, concluyó.
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