El bibliogeneral

Toscanadas

Celebro la llegada de Paco Taibo II al Fondo de Cultura Económica, pues apuesto a que inclusive desde esa modesta trinchera hará más por la lectura, por la educación, que las hordas de la Secretaría de Educación Publica

"(los niños) no tenían idea de quién era Cervantes o qué era Pedro Páramo. Pero querían sacarse una selfie conmigo", escribe David Toscana
David Toscana
Ciudad de México /

dtoscana@gmail.com

Hace seis años escribí aquí que perderíamos seis años en educación. Y perdimos más que eso. Un presidente de pocas luces, con dificultad para expresar ideas mínimas, incapaz de citar tres libros, graduado con una tesis plagiada a nivel de secundaria, ocupado en saquear las arcas estatales, jamás pudo comprender lo que hacía falta para mejorar el nivel educativo de los mexicanos. La mentada Reforma Educativa tuvo siempre el problema de no ser una reforma educativa.

Ayer hablé con unos alumnos de secundaria. Apenas sabían balbucear, no tenían idea de quién era Cervantes o qué era Pedro Páramo. Pero querían sacarse una selfie conmigo o con un editor o vendedor de libros, para demostrarle a la maestra que habían estado en la feria del Zócalo.


La cosa anda tan mal que el nuevo sexenio tiene fácil la tarea de mejorar, pero a la educación le hace falta mucho más que una cirugía estética. Sin embargo me pongo a recopilar noticias recientes y casi todas tienen que ver con los maestros y no con los alumnos.

En cuestión de la lectura, el aspecto más importante para la educación, apenas encuentro que planean “fortalecer el área de lectura de comprensión” o que habrá “programas de fomento a la lectura”. O sea, la misma cantaleta de siempre sin que se sepa cómo de veras alcanzar niveles más elevados de buenas lecturas, de lecturas que edifiquen cerebros pensantes.

Si Esteban Moctezuma no tiene un plan de emergencia, si sigue armando foros y consultas para aventar sillas y proponer todo, menos las acciones concretas para educar, el país continuará su proceso de deterioro neuronal. La educación tiene que ingresar ipso facto a la sala de emergencias. Pero tal parece que en el hospital de la SEP no atienden a los niños con estancamiento cerebral porque hace falta tender las camas, ajustar el salario de las enfermeras, remodelar la fachada, afinar las ambulancias y organizar interminables congresos de medicina para analizar las causas del estancamiento cerebral.

Para comenzar este sexenio, no hacía falta un político ilustrado sino un docto bombero. Por eso me hubiese gustado Paco Taibo II en la SEP, un hombre que hubiese echado pa’lante no un pantano de programas, sino un tsunami de lectura. Él sabe bien que sin lectura no hay educación. Sin lectura, no hay modo de dominar las demás áreas del conocimiento. La lectura es la fuente de toda instrucción, de la libertad y la dignidad.

Comoquiera celebro la llegada de Paco Taibo II al FCE, pues apuesto a que aun desde esa modesta trinchera hará más por la lectura, por la educación, que las hordas de la SEP.

Solo los generales que también son soldados saben ganar una guerra.


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