Filósofo, rebelde y guerrero, así es Leonardo da Jandra (Chiapas, 1951), quien un día decidió alejarse del mundo y se refugió por años con su pareja en una austera cabaña en la playa virgen de Cacaluta de Oaxaca, hasta que lo desalojaron de su utopía.
En entrevista con MILENIO, el escritor dice estar en paz consigo mismo, que ya no es tan regañón ni tan soberbio como en aquellas épocas y después de 10 años de trabajo presenta El estado planetario (Avispero), un libro donde analiza lo que sucede con la humanidad, la violencia y el poder, pero se aventura a decir que los seres humanos saldremos de la etapa oscura que vivimos.
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—En estos tiempos, ¿para qué sirve un filósofo?
Yo concibo que hay tres dinamismos básicos en la evolución social que son la ciencia, que tiene que ver con hechos; la filosofía, con significados, y la espiritualidad, con valores. ¿Para qué sirve la filosofía? Para darle significación al mundo. Un científico puede manipular objetividades, pero si no sabe lo que esas objetividades implican y significan, puede cometer muchas atrocidades como las que se cometen hoy en día por falta de ética fundamentalmente. La ética es indisociable de la filosofía, como lo es la moral de la espiritualidad. ¿Para qué sirve en nuestros tiempos la filosofía? para dar una dirección al caos en el que estamos inmersos y para salir de él.
—¿Qué quieres decir en tu libro?
Son ideas que se vienen forjando desde hace mucho. Para mí, el libro es de alguna manera un punto de llegada. Es lo que percibo de cómo se encuentra la humanidad y las vías posibles de superar el momento oscuro en el que estamos inmersos. Cada quien puede tener las suyas, las mías están tomadas desde una posición ética, que para mí es fundamental, filosófica, para darle significado al mundo y sociocéntrica con los demás, no contra los demás, ni aprovechándome de los demás.
—Planteas que en el futuro la humanidad se unirá por el bien común cuando todo pareciera lo contrario. ¿Por qué lo piensas?
Estoy convencido de que así será. Por supuesto que estamos inmersos en una época oscura, es una sombra la que se cierne sobre todo el planeta y hablar de un proyecto unitivo, por supuesto que es utópico, aparte de paradójico, cuando vemos claramente en todos los ámbitos una dinámica regresiva. Ve el auge que tienen en el mundo del espectáculo, incluyendo el cine, todo el regreso al medioevo, pero la gente no sabe lo que significa la edad media, que era el arte de vivir para la guerra, en la guerra y por la guerra; era una lucha de todos contra todos y ahora nos están llevando a eso otra vez con estas beligerancias absurdas.
—¿Propones una dinámica unitiva?
Sí, y entonces no vamos a entrar en conflicto. Si la ONU funcionara como debería y para lo que fue creada, no pasaría lo que está pasando ni en Palestina ni en Ucrania, porque se tomarían decisiones claras y contundentes, pero sé que todo eso se va a acabar ¿cuánto va a tardar? Eso es lo que no sabemos.
—¿Quieres mandar algún tipo de mensaje?
Inmersos en esta dinámica de oscuridad opresiva, de decadencia, sí quisiera hacer ciertas propuestas, porque percibo que estamos inmersos en una fase de decadencia como le pasó a Grecia, Roma, Inglaterra, España y ahora, Estados Unidos, que se caracterizan por una preponderancia de lo animal sobre lo humano; debemos pasar a fases más elevadas, mentales y espirituales. No importa cuál sea tu espiritualidad, lo importante es que nos respetemos, que no tratemos de imponer nuestras ideas con violencia, que es lo que ocurre hoy en día, con estos fundamentalismos absurdos.
—¿Qué propones?
Creo que vamos a aprender como ciudadanía, no tengo ni la mínima esperanza en la clase política, ni en la clase empresarial, pero creo que la ciudadanía se cansó y va a tomar cada vez más en sus manos las riendas del futuro de este planeta con reflexiones críticas, que es lo que se necesita.
El Estado Planetario reúne capítulos que reflexionan sobre distintos temas como: “Ética y perversión”, “Felicidad riqueza y éxito”, “El gobierno planetario” y “¿Hacia dónde vamos?”, entre otros.
—¿Cómo ha cambiado Leonardo da Jandra en estos años?
Tarde casi diez años de investigación para este libro y hago muchas lecturas, sobre todo como agradecimiento, no tanto para fundamentar mis ideas, sino para agradecer a los que me posibilitaron el horizonte de visión. Pero cuando era joven, me eduqué como un guerrero y la visión del guerrero es soberbia y yo era muy soberbio; entonces, cuando te vas dejando obnubilar por la soberbia, vas acumulando odio y rencor, porque ves que lo que tú esperabas que tenía que ser no se cumple y es como un cochambre, un óxido que va impidiendo que fructifique lo mejor de ti, pero por desgracia, eso pasa en estos momentos del florecimiento del ego en el mundo.
Desde hace un tiempo el filósofo y su pareja, la pintora Raga, viven en Etla, Oaxaca desde donde lanzan ideas, propuestas y realizan Avispero, un proyecto cultural con jóvenes y donde se gestan muchos proyectos culturales.
—¿Estás contento?
Ahora estoy agradecidísimo en las montañas de Oaxaca. Tengo tiempo para pensar con calma, reflexionar, tomar la instancia necesaria de todos esos agobios que han convertido a la vida citadina en una pesadilla. Entonces, pienso, hay que darle un cambio a todo esto y por eso apelo a la ética, a la familia y sobre todo a las escuelas, a la educación.
—¿Eres un soñador, Leonardo?
La utopía es indisociable de la distopía, el sueño de la pesadilla. Lo que yo hago es dedicar muchas horas a la lectura, no reprimí ningún tipo de expresión experiencial, vital, las he vivido y a partir de ahí me di cuenta que lo que soy es con los demás, no fuera de los demás ni contra los demás. Creo que los medios de comunicación necesitan ir potenciando ciertas voces que, aunque no sean las más conclusivas, que ninguna lo es, por lo menos siembre inquietudes que permitan la duda; la duda es el principio del filosofar, quedarse permanentemente en la duda es el fin, el agotamiento de filosofar, por eso es muy importante que el dudar tenga posibilidades de crecimiento, de desarrollo, mientras dudes y sigas moviéndote, vamos creciendo.
—¿Te interesa mucho la juventud?
Sin duda. Pero espero una generación de buscadores de seekers, no followers que van todos detrás, no, ese borreguismo tiene que terminar, tienes que estar atento con tus antenitas y decir “¿qué vale la pena?, ¿dónde hay ciertas señales” y luego vas por tu propia experiencia y la confirmas. No te gustó, pasas a otra, pero buscar, buscar y no limitarse a un derecho de pesebre, porque el derecho de pesebre siempre culmina en el matadero.
'El Estado Planetario' es un libro de edición limitada. Para obtener un ejemplar firmado por el autor puedes escribir al correo agargarcia@hotmail.com
PCL