‘El imperio del algodón’, la otra forma del poder y su historia

Reseña

La esclavitud ha existido en todos los pueblos y en todas las épocas, pero en ciertas ocasiones, al hablarse del tema viene a la memoria lo que sucedió en Estados Unidos, en especial entre el siglo XVII y XIX.

Publicado por el sello de Crítica. (Especial)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Hay procesos históricos que suelen observarse con una perspectiva general, sin fijarse tanto en los detalles o en los hechos que definen a esos periodos de nuestro pasado, que terminan por ofrecer una reflexión sobre el desarrollo del mundo contemporáneo.

La esclavitud ha existido en todos los pueblos y en todas las épocas, pero en ciertas ocasiones, al hablarse del tema viene a la memoria lo que sucedió en Estados Unidos, en especial entre el siglo XVII y XIX, el tiempo en que, a través de la violencia y la coerción, se llegó a separar a familias enteras.

Sven Beckert, profesor de historia de América de la Universidad de Harvard, ha dedicado buena parte de su vida al análisis y reflexión de la industria del algodón, en su momento presentada como la parte más alta del desarrollo de la humanidad, una de las cimas del progreso, en la llamada “epopeya del capitalismo”.

El imperio del algodón. Una historia global es el resultado de ese esfuerzo, aparecido bajo el sello de Crítica, cuyo enfoque es mostrar lo que puede ser “la cara oculta de este proceso”, al denunciar la manera en que este crecimiento industrial se asentó “en una explotación inhumana de los esclavos en las plantaciones”, lo que impulsó la expansión del dominio imperial del mundo, y de los trabajadores en las fábricas.

Uno de los aspectos destacados por Beckert es que los industriales del algodón se sabían con poder e influencia en el mundo, los gobiernos los dotaban de la infraestructura para que sus productos viajaran de manera más rápida y segura, pero al mismo tiempo solían olvidar que su trabajo era un tanto trivial: fabricar telas para después pregonar sus excelencias y venderlas.

“Poseían un conjunto de fábricas tan estrepitosas como sucias... Respiraban una atmósfera hedionda, saturada de olor a sudor, orina y heces. Regían un imperio, pero nadie los habría tomado por emperadores”, escribe.

Finalista del Premio Pulitzer de Historia en 2015, El imperio del algodón, reconocen colegas de Beckert, no debe ser leído solo por especialistas, sino por interesados en la historia como parte de nuestra vida cotidiana.

VEREDICTO

9.6

Contenido: 10

Temática: 10

Traducción: 9



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