En uno de los monumentos más relevantes y representativos de México, mañana se abre al público el Museo Histórico de Palacio Nacional. Hoy será inaugurado por el presidente Enrique Peña Nieto.
Erigido sobre las ruinas de las casas de Moctezuma, destruidas durante la Conquista, Palacio Nacional es protagonista de nuestra historia con sus 77 mil metros cuadrados, tal y como se explica en los seis núcleos temáticos que narran, mediante objetos, documentos, representaciones, fotografía y multimedia, la evolución de este inmueble que ha enfrentado inundaciones, incendios y terremotos.
Lilia Rivero Weber, conservadora de Palacio Nacional y artífice de este nuevo museo de mil 500 metros cuadrados, dice a MILENIO que trabajaron en esta iniciativa alrededor de un año y medio. “Siempre estuve convencida de que era necesario que el edificio más importante de la historia de México, este coloso de piedra, dejara hablar a sus muros. Es el gran espacio donde el gran gigante cobra voz, nos explica su historia, la de todos los mexicanos, porque Palacio Nacional es la casa de todos”.
El nuevo recinto museográfico, que exhibe unos 400 objetos, ofrece un recorrido de cinco siglos por los grandes sucesos de la historia patria, de la que el Palacio Nacional es el propio narrador. “Establecemos un diálogo entre las dos instituciones que han pervivido desde la época mesoamericana y hasta la actualidad; las casas de Moctezuma fueron espacios de tributación, y después este inmueble fue residencia de los gobernantes de Nueva España, así como de la Real Hacienda. Cuando se convierte en Palacio Nacional tras la consumación de la Independencia, se transforma en residencia de la República y en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”, dice Rivero.
La especialista indica que la creación del museo fue producto de una exhaustiva investigación documental que le permitió al equipo curatorial reescribir los momentos más significativos del inmueble. Añade: “Lo que hicimos fue realizar una revisión de las colecciones que teníamos en el acervo patrimonial, en las áreas de la Presidencia de la República y en otras instituciones culturales”.
La historiadora y cocuradora del nuevo espacio, explica que la intención del museo es mostrar cómo ha evolucionado este monumento: “La historia de Palacio Nacional es muy compleja, porque está el significado político simbólico de tantos siglos, y también los problemas para erigirlo, si consideramos que se levantó en un medio lacustre difícil y que el suelo mexicano es sísmico. Sin embargo, en estas condiciones adversas se ha mantenido y contribuido a la historia social y del arte”.
Ahora nadie vive en Palacio Nacional; no obstante, en el pasado, fue residencia de muchos gobernantes que lo habitaron al lado de sus sirvientes, cocineros, guardias y funcionarios.
LA SILLA
Arturo Cortés Hernández, cocurador del Museo Histórico de Palacio Nacional, ubicado en el segundo patio Mariano, refiere que el reto emprendido es inmenso: “Logramos reunir alrededor de 400 piezas de todo tipo y procedencia, además de facsímiles y reproducciones de algunas obras. Tenemos un 80 por ciento de piezas originales, y el resto son propuestas digitales, hologramas y videos. Contamos con una gran atracción representada por la realidad aumentada, como en el caso de la presentación de los murales de Diego Rivera”.
Entre los objetos destaca la silla en la que se sentó Pancho Villa cuando entró en Palacio Nacional con Emiliano Zapata y sus huestes —momento del que hay una famosa fotografía tomada por Agustín Casasola en 1914—. Es una de las joyas que se muestran en el Museo Histórico de Palacio Nacional.