La disponibilidad inmediata en cuanto a la comunicación y de acceso a la información a través de la tecnología, ha generado una sensación atomizada de estar conectados con casi cualquier tema, pero al mismo tiempo ha alejado a las nuevas generaciones de la apreciación de su herencia cultural.
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La falla radica en pasar horas en las redes sociales, lo que paradójicamente anula la posibilidad de acercarse a las personas para recibir información directa sobre usos y costumbres considerados patrimonio, pues en los saberes se concentran el sabor, los colores, las formas, la fiesta popular y los procedimientos artesanales que ofrecen identidad tanto regional como nacional.
Acercar a los jóvenes al arte frente a sus ojos
Amparo de Jesús Rincón Pérez, coordinadora del programa nacional de Arte Popular y Patrimonio Cultural de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, sabe que en el tema los esfuerzos deben ser encaminados para que los niños y jóvenes salgan de la red y volteen la mirada hacia los signos identitarios de la mano de artesanos, cocineras tradicionales y de creadores en las localidades.
Invitada por el Instituto Municipal de Cultura y Educación, arribó a Torreón para ofrecer una serie de charlas y talleres donde se propone que los menores conozcan y se apropien del tema porque aseguró, no se valora lo que no se conoce y la idea es que las nuevas generaciones, alejadas de prejuicios, sientan orgullo sobre sus raíces sociales y culturales.
"Por las nuevas tecnologías, en donde debemos incidir, es entre los niños y los jóvenes, porque de pronto pensamos que no hay apego y eso provoca múltiples circunstancias, entre ellas la migración".
“Genera también otros intereses porque se observa lo propio como normal o sin valor y no tendría que ser así. Deben tener una raíz cimentada para que puedan proyectarse mucho más allá y garantizar la prosperidad del patrimonio. Lo heredado tenemos qué conservarlo, protegerlo y cuidarlo, así como cuando tenemos una casa y se piensa en patrimonio y no se abandona”.
Sobre el patrimonio cultural en riesgo, este abarca desde la canción cardenche en el norte hasta los artesanos especializados en textiles. Incluso en los saberes en riesgos se incluyen las voces originarias, y Rincón Pérez apuntó que el patrimonio debe ser analizado por los propios creadores como protagonistas.
“Esto es importante que se analice desde los creadores, desde los protagonistas que lo viven porque insisto mucho, a veces como que no lo ven. Voy a poner un ejemplo, en muchas ocasiones escuché decir a los artesanos: Yo no quiero que mi hijo haga lo que yo hago porque quiero que sean algo en la vida, denostando su actividad, y preferían que estudiara porque se piensa en mayores oportunidades, y eso es cierto, nadie lo niega.
“Se piensa en una mejor vida; sin embargo, en ese pensamiento se fueron abandonando procesos, no hay continuadores porque no se aprendieron las técnicas, los conocimientos, pero tampoco los hay porque no hay quien consuma lo que se hace. En la cocina tradicional todo lo que se hace es riquísimo y luego llegan los grandes chefs y hacen el festival de las gorditas laguneras y ellos no cocinan, se apropian de algo que no les corresponde. En esa apropiación van dejando a las cocineras a un lado y ahí se pierden saberes y sabores que tienen años de experimentación, es un sabor que se va heredando”.
Lo mismo ocurre con la música y otras manifestaciones artísticas y la funcionaria recordó que todos los conocimientos ancestrales forman parte del territorio nacional y ofrecen identidad. De ahí la importancia de que los niños y jóvenes se sientan orgullosos de ser quienes son, de dónde vienen y lo que tienen como herencia cultural. Esa, dijo, es la mayor fortaleza para configurar al país.
La tarea de educar
Amparo de Jesús Rincón mencionó que un factor que se debe combatir permanentemente es el prejuicio social, pues no solo la marginación social ha sido un factor determinante para la pérdida de las lenguas, sino que incide la discriminación a través del discurso de odio hacia los indígenas a través de frases que duelen, lastiman y vulneran a los hablantes.
Sobre la protección patrimonio recordó que durante la administración federal vigente se creó la Ley de Protección de Patrimonio Cultural de las Comunidades Indígenas y Afrodescendientes porque en el pasado se le pedía a los creadores que para efectos de protección de sus obras acudieran a registrarlos, en tanto que ahora la comunidad los reconocen como propios, pueden demandar por uso inapropiado.
DAED