Escena colombiana /I

Teatro

México va retrasado respecto a Argentina, España y Colombia, donde se han promulgado leyes del teatro.

Algo para reflexionar sobre ese sector de espectadores bogotanos. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

Me toca en suerte atender compromisos académicos en Bogotá y Cali, Colombia, y en las rendijas de las actividades que ello impone, una escapadita por las salas teatrales independientes y comerciales me permite refrescar lo que han construido sus artistas. Además, esta visita ha coincidido con la promulgación en el congreso de este país de la ansiada Ley del Actor que supone un avance histórico en los derechos del artista y responde a reclamos ancestrales en materia de Seguridad Social, jubilación y otros.

Cuatro obras tuve oportunidad de ver: Vida escrita y dirigida por el talentoso Johan Velandia en el Teatro La Castellana (comercial) y Promesa de fin de año escrita y dirigida por Jorge Hugo Marín en el Teatro de la Maldita Vanidad, ambas en Bogotá, y Estaciones escrita y dirigida por Orlando Cajamarca y Fiesta de las aves escrita y dirigida por Alfredo Valderrama, en el Teatro Esquina Latina de Cali las dos. Johan Velandia lleva una racha imparable en los teatros bogotanos y tuve la oportunidad de conocerlo en un taller que impartí en febrero pasado, experiencia que me fue suficiente para saber que es un dramaturgo poderosísimo, digamos un Alejandro Ricaño cuando tenía la edad de Johan. Se me han escabullido otras obras suyas en cartel y, con poca fortuna Vida es la que me queda de referencia. En principio, como monólogo, padece de la tarea principal que enfrenta todo escritor: la batalla campal para que verdaderamente la acción ocurra aquí y ahora y no allá y entonces. Más allá de la parafernalia de musical (su primera versión era sin ella y en un teatro pequeño, me cuentan), el personaje que encarna espléndidamente Carolina Gaitán, habla la mayoría del espectáculo en tiempo pasado. Y sin embargo el público es feliz. Está bueno, quizá pasan por alto el contenido explícitamente racista del show que trata como ciervos a los afrocolombianos, cosa evidentemente añadida cuando pasó de ser una obra para sala pequeña a musical grandioso. Y sin embargo, el público muy feliz. Algo para reflexionar sobre ese sector de espectadores bogotanos.

TRASPUNTE

RETRASO LEGISLATIVO

México va retrasado respecto a Argentina, España y Colombia, donde se han promulgado leyes del teatro. En éste último se han promulgado al menos tres: la Ley del Teatro, la Ley del Espectáculo Público y la Ley del Actor. En un par de semanas daré un vistazo somero a las tres.

LAS MÁS VISTAS