Desde hace algunos años ya, con becas como México en Escena del Fonca, o sin ellas, el Teatro El Milagro ha abierto generosamente a grupos capitalinos y de los estados de la República temporadas para mostrar su repertorio (y algo más) en modalidad de Residencias artísticas. A punto de iniciar, hoy de hecho, Proyecto Granguiñol Psicotrónico reúne a artistas varios, no necesariamente de la misma generación, para investigar desde la extranjería de una niña yucateca en su propia tierra (Itzel Razo) hasta un teatro de lo oculto, de lo inconsciente y lo onírico, pasando por la ópera prima dramática de un excelente músico para la escena (Rodrigo Castillo Filomarino).
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Con cinco obras englobadas en la Residencia, un homenaje al antropólogo, dramaturgo y activista Xavier Lizárraga, más la presentación de un libro (Este lugar común. Obras de la III emisión de Dramaturgias Ambulantes. Autoras: Itzhel Razo, Isabel Aguerrebere, Cinthya Dueñas y Natalia Gómez, Ediciones Ambulantes, 2019), su promotor principal, Luis Alcocer Guerrero, anuncia que “nuestras obras entrecruzan el teatro dramático, la danza, los títeres y el teatro de objetos para conducir al espectador hacia las zonas ocultas de su imaginación.”
“Proyecto Granguiñol Psicotrónico, grupo radicado en Ciudad de México, se fundó en 2013 con el objetivo de crear un teatro contemporáneo de lo siniestro a partir de la estética del Théâtre du Grand Guignol (el célebre teatro de terror de la Belle Époque) y del humor negro y los hallazgos poéticos del cine psicotrónico”, define Alcocer su búsqueda. Y con La invención de la histeria y El juego de mamá pretende demostrarlo. Arturo Serrano presentará en esta residencia El árbol ahora, Itzel Razo hará lo propio con Wilma y Rodrigo Castillo con Eco hará su debut en la dramaturgia. Cada uno pondrá en juego sus particulares exploraciones y poéticas y en www.elmilagro.org.mx usted podrá encontrar horarios y fechas para hacer su menú teatral.
TRASPUNTE
LAS PREMISAS
Las premisas que guían a estos creadores son: El proceso de creación de la obra es parte de la obra; la posición del emisor frente a su propio discurso es parte de la obra; el placer erótico bajo la forma de representación (o no) es parte de la obra, y el juego con las expectativas del público es la obra.