Proyecto “Mujeres”

Teatro

Las neuronas espejo del cerebro de los espectadores se sincronizaron en un grito de Ya Basta y nos conmovieron en todos los rincones del ser.

Tantas mujeres son sujetos de las barbaridades más siniestras, empezando por la cosificación que les arranca el nombre, su ser personas. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

Carmen Zavaleta, Laura Vega, Emilia Dorr, Sandra Rosales, Michelle Veruete Marina Landgrave, Adriana Alonso, Andrea Gómez, Celeste Díaz, Lilian Andrea Cuervo y Marycielo Vargas son personas que hay que nombrar, al igual que Mari Carmen Ruiz y Diana Magallón que las comandan; porque todas ellas, mujeres que habitan México, todas tienen cicatrices que produce el machismo galopante del que nos tenemos que desprender ya, como prioridad de país. Tantas mujeres son sujetos de las barbaridades más siniestras, empezando por la cosificación que les arranca el nombre, su ser personas. Nada más importante que reformar la justicia para que ya no se piropee, se manosee, se acose, se abuse, se viole, se torture y se mate. Si hoy ocurre es porque se puede. Impunidad significa en esencia falta de castigo.

Generalmente, en esta columna, ante un elenco tan monumental, este cronista omite a los actores y menciona si acaso a algunos creativos porque el espacio no alcanza nunca. Aquí, ahora, todos estos nombres tienen que decirse en voz alta porque Proyecto “Mujeres” del colectivo Vaca 35 Teatro nos sacude con un espectáculo brillante, vibrante, agudo, irónico, feminista pero crítico, terrible y adorable. Las neuronas espejo del cerebro de los espectadores se sincronizaron en un grito de Ya Basta y nos conmovieron en todos los rincones del ser.

“El corazón bombea más rápido, aumenta la glucosa en sangre, aumenta la adrenalina, aumenta la tensión muscular, respiramos con más fuerza, nos sudan las manos. Mi cuerpo acelerándose, mi pecho palpitando con el corazón a punto de estallar. No, no estoy hablando del amor. Es la manifestación física del miedo”, dice una de las actrices. “He aprendido que hay mujeres que admiro y hay mujeres que detesto; que el feminismo recalcitrante me caga porque no entiendo la idea de un mundo donde para existir tenga que descalificar a todos los hombres; que he violentado a mujeres y a hombres y que lo he disfrutado; que he violentado, porque yo he sido violentada”, enuncia otra.

TRASPUNTE

FINAL DE TEMPORADA

La inteligencia de la obra está en tocar los botones emocionales exactos para crear la empatía. Gracias Diana Magallón y Mari Carmen Ruiz, gracias a todas esas mujeres que deben ser nombradas. Este sábado a las 19 y domingo a las 18 horas finaliza temporada.