Retiro es una palabra en la que Tino Contreras no piensa. A diario se levanta muy temprano a desarrollar algunas ideas al piano, ideas que eventualmente pueden desembocar en una pieza nueva. Día con día toca la batería, se alimenta bien, toma sus vitaminas, se prepara para lo que deba venir.
- Te recomendamos El tino de Tino Más Cultura
En estos días en que la humanidad vive días de encierro y angustia ante la pandemia que ha desatado el coronavirus, el baterista, cantante, pianista y trompetista piensa en un futuro relacionado con música. El viernes pasado cumplió 95 años y lo celebró en su departamento con sus familiares más cercanos.
¿Cómo pasaste tu cumpleaños, Tino?, le pregunto, y con el buen humor que le caracteriza responde: “¡A toda madre! No tengo un rival de mi generación que se mida conmigo. Estoy entero. Nadie me cree que yo nunca he tomado; nunca fui borracho, nunca anduve con grandes cantidades de esto o lo otro, de coca o esas cosas, no. Fui un chavo limpio, de hecho. El resultado es que el último concierto que di con mi grupo en la Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes el año pasado salió muy bien, toqué con vigor”.
¿Cómo le hace Tino para mantener sus facultades? Esta es una pregunta que todos se hacen cuando constatan que el músico suena en la batería con fortaleza y dirige a sus músicos con rigor. La fórmula: “Nada más me siento tres horas diarias a la batería para estar en condiciones. ¡Soy un viejito muy joven!”, comenta riendo.
Tino, 95 años… y contando. El jazzista estaba a punto de viajar por primera vez a Gran Bretaña, donde se presentaría el 27 de abril en La Línea. Festival de Música Latina de Londres en el Teatro EartH. El programa anunciaba “el debut en el Reino Unido del extraordinario Tino Contreras tocando música de su innovador álbum de 1978, Quinto Sol. Música infinita, un disco de jazz psicodélico y experimental”.
Aunque desanimado, Contreras tiene la mirada puesta en octubre, cuando el festival ha sido reprogramado. “Bueno, si Dios nos deja estar un poco más tiempo y si no, pues esto tenía que pasar. El amor al jazz y el amor a Dios son lo mismo. Había un tipo en Chihuahua que tocaba un piano maravilloso que decía: ‘Después de Dios está la música de jazz, cómo se libera uno’. Siempre que toco me libero”.
CODA
UNA MÚSICA DE CARÁCTER UNIVERSAL
De acuerdo con Tino Contreras, “todavía no alcanzamos a interpretar todo lo que nos da esta música de carácter universal que está presente y vigente en el mundo. Es la suprema de las músicas. Actualmente los músicos clásicos en todo el mundo lloran porque no pueden improvisar, pues si no ven una partitura se los lleva el tren”.