El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, el ex director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Sergio Raúl Arrollo y el investigador Bolfy Cottom, analizaron y cuestionaron el decreto por el que se adiciona el artículo 37 ter al Reglamento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, emitido por el presidente Andrés Manuel López Obrador y publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 3 de diciembre de 2020, luego de la gira realizada por Beatriz Gutiérrez Müller por Europa para solicitar códices y piezas arqueológicas, entre ellas el Penacho de Moctezuma, con la finalidad de exhibirlos en México con motivo de los 500 años de la caída de Tenochtitlán y el Bicentenario de la Independencia.
La adición publicada a este artículo señala que: “la Secretaría de Cultura, previo acuerdo con el Presidente de la República y con la opinión favorable de la Secretaría de Relaciones Exteriores, podrá celebrar Acuerdos Institucionales con órganos gubernamentales extranjeros u organizaciones o instituciones internacionales que tengan por objeto el traslado temporal, al territorio nacional, de bienes muebles que, de conformidad con la ley y el presente reglamento, se consideren o pudieran declararse como monumentos arqueológicos, artísticos o históricos, con fines de estudio o exhibición pública en el país. Dicho traslado temporal deberá llevarse a cabo de conformidad con los instrumentos y disposiciones jurídicas aplicables a la materia”.
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El tema fue abordado durante su participación en el Seminario Patrimonio Cultural, Antropología y Legislación, Ciencia y Cultura, donde hicieron un balance de la política pública a dos años de la llegada del actual gobierno federal, por invitación de Bolffy Cottom, investigador de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
En conferencia virtual, el arqueólogo Matos Moctezuma indicó que apenas hace 5 días se hizo una adición a la Ley de Monumentos de 1972, al artículo 37: “creo que eso es grave porque se plantea que se establecerán acuerdos con instituciones y con gobiernos extranjeros, con el fin de poder intercambiar y atraer objetos arqueológicos mexicanos que se encuentran en el extranjero, traerlos al país y después devolverlos”.
Aseguró que este planteamiento “tiene implícito un error de apreciación de la ley ¿por qué razón? Por el hecho de que esos objetos estén en el extranjero y conforme a la misma ley de 1972, son patrimonio nacional. Entonces al pedirlos prestados, traerlos y regresarlos se está dando implícitamente que no son nuestros, que son de ellos, de quienes los prestan. Tú no puedes pedir prestado algo que es tuyo y mucho menos regresarlo a la institución de donde provenga, porque tácitamente estás haciendo ver que es de ellos, y no nuestro”.
Matos Moctezuma consideró que esos aspectos son muy importantes para su análisis porque en cierta forma vulneran lo que es el patrimonio cultural arqueológico de México.
En el análisis que hizo el etnólogo Sergio Raúl Arroyo, quien en dos ocasiones ha sido director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), expuso que las gestiones realizadas en Europa pueden tener consecuencias para traer los códices y algunas otras piezas como el Penacho de Moctezuma, ya que han derivado en una modificación al reglamento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos de 1972.
“Una modificación que tiene un carácter administrativo al artículo 37, sin duda, este hecho lo que nos está obligando de algún modo, es a legitimar todas aquellas piezas que salieron del país, aun con una procedencia dudosa y se tengan que reconocer totalmente como algo que ya no es pertenencia del país, es algo que no es fácilmente entendible”.
Lo que le preocupa al ex director del INAH es que no se haya tenido una discusión seria sobre el tema con expertos, criticó que nadie se haya acercado a los prestigiados arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Leonardo Luján para consultarlos, o a Bolfy Cottom, especialista en derechos y en legislación cultural “pues quienes redactaron esta adición no son personas formadas en el tema”.
El propio Bolfy Cottom apuntó que en estricto sentido, la modificación al reglamento de la Ley de 1972 es peligrosa, debido a que no importa lo que diga el Congreso, sólo lo que haga el presidente, sin que exista equilibro de poderes.
“Lo más peligroso es que estarán pensando en modificar la ley, por una simple razón, la ley no hace referencia a eso que reglamentaron en el artículo 37. La ley sólo habla de las exportaciones temporales, por una sencilla razón, si se reconociera la llegada de estos nuevos bienes, imagínense todo aquello que fue producto del tráfico, del saqueo, del robo clandestino, al firmar convenios para que regresen, se reconocerán entonces como legítimos. Pero lo más grave es que el director de INAH, Diego Prieto, haya aceptado todo esto, eso sí es gravísimo”.
Cottom le preguntó a Diego Prieto, director del INAH, su opinión al respecto, durante la sesión de apertura de este seminario. La respuesta del funcionario fue “perfeccionar la disposición que ya está en la ley, la cual establece un mecanismo para que el presidente pueda autorizar la donación o intercambio de bienes arqueológicos con instituciones culturales o gobiernos de otros países”.
Lo que se pretende, detalló, es el “traslado temporal de bienes que son del patrimonio mexicano para que mediante acuerdos de intercambio puedan viajar a nuestro país.
PCL