Desde el nacimiento de Producciones EL Salario del Miedo, hace ya 12 años, uno de sus objetivos ha sido el impulso a un género que ha perdido espacio en los medios periodísticos, aunque con una mirada específica, cuya apuesta primordial sea ensuciarse las manos, más allá de algún lineamiento específico para decir qué es, o no, crónica, a decir de J. M. Servín, fundador del sello.
“Lo que tenemos es una apertura de criterios, para que lo que no está considerado dentro del canon, nosotros vayamos un paso adelante o a contracorriente de esos discursos, porque siempre que hablamos de crónica, nos referimos a los mismos autores, la mayoría de más de 60 años y que tienen tiempo acaparando la atención de los medios y de las editoriales, cuando hay gente de 25 años haciendo una crónica muy vital y lo hace a ras de piso: hay una crónica canónica que parece hecha con un dron, donde nadie se ensucia las manos”.
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De acuerdo con el escritor, se trata de una propuesta sui géneris en el panorama editorial mexicano, primero que nada, por ser la única editorial especializada en crónica, pero además por impulsar el Premio Nacional de Periodismo Gonzo, con el apoyo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el cual llega a su séptima edición.
“En estos tiempos en los que las editoriales pequeñas acuden a la complicidad, a la solidaridad o a la victimización por cuestiones económicas, nosotros somos una editorial que está creciendo en términos de convocatoria y de importancia: el premio, por ejemplo, se está abriendo a voces diferentes, nuevas y con muy buenas propuestas periodísticas, lo que en el fondo obedece a que los medios convencionales le cerraron los espacios a la crónica, que terminó por mudarse a los libros”.
A la fecha Producciones El Salario del Miedo tiene 35 títulos publicados, este año van por otros cuatro, haciendo acuerdos de coedición, sobre todo con universidades, lo que no deja de reconocerse como un logro, sobre todo para una editorial pequeña, aun cuando termina por reflejar mucho del proyecto: más allá del mero hecho de publicar a cualquier joven escritor, existe el deseo de satisfacer una necesidad expresiva a nivel literario, lo que “muy pocas editoriales o autores están haciendo de manera comprometida con la crónica”.
“A la crónica la veo como un género literario y hoy por hoy está dialogando de una manera muy vital con la realidad de México, más que cualquier otro género literario: la crónica está testimoniando, está narrando el aquí y el ahora de un país muy complejo, con muchas aristas”.
Y si hay mucha gente que está escribiendo crónica, explica J. M. Servín, aunque es un género periodístico-literario muy complejo, es precisamente porque el país está pidiendo que se narren los pormenores, desde las entrañas, de una sociedad que está muy dolida, “que está cambiando continuamente y que es muy contrastante”.
“En este momento el país lo necesita, lo necesitan las artes, lo necesitamos todos: no podemos quedarnos con las apariencias, con los discursos oficiales, con lo que las editoriales y sus intereses mercantiles ha venido construyendo, casi como paradigmas de lo que debemos leer y no, de cómo hay que leer nuestra realidad o nuestras ficciones. Creo que algunas pequeñas editoriales están increpando todas estas verdades o supuestos, que no se sostienen por sí mismos”.
El Gran Premio Nacional de Periodismo Gonzo, obtenido por Alfredo Núñez Lanz con la crónica Visita al West End, y su libro conmemorativo, en donde se incluyen las ocho menciones honoríficas, se entregaron la tarde de este jueves, en la Galería Rab 63, de la colonia Santa María la Ribera, con lo que culminó el ciclo Primavera en Pandemia.
PCL