La exposición 'El espíritu del 22' reivindica la participación de las mujeres en el muralismo

La curadora de la exposición habla del rol clave de artistas como Lola Cueto y Nahui Olin.

Durante la Revolución las mujeres ganaron en el campo de batalla nuevos papeles sociales y de representación política. (Foto: Haarón Álvarez)
Ciudad de México /

La exposición El espíritu del 22: un siglo de muralismo en San Ildefonso reinvindica la participación femenina en el desarrollo del muralismo mexicano. Montada en el Colegio de San Ildefonso, hay una sala especial dedicada a “Mujeres artistas y activistas” en la que se reconoce su intervención en este movimiento artístico.

En la cédula introductoria se comparte una frase: “Bajo mi mando, ninguna mujer será abusada. Si hay infractores, los pasaré por el fusil, mi nombre es Juana Belén Gutiérrez de Mendoza”.

Carmen Tostado, curadora de la exposición, dice que durante la Revolución las mujeres ganaron en el campo de batalla nuevos papeles sociales y de representación política. Su lucha reforzaba las batallas feministas.

En 1917, por mediación de la maestra y política Hermila Galindo se logró que se incorporara la Ley de Relaciones Familiares a la Constitución que permitió que las mujeres obtuvieran los mismos derechos que los hombres en materia de tutela familiar y de derecho laboral. En San Luis Potosí, Yucatán y Chiapas se consiguió la igualdad electoral.

“Las artistas rompieron la división entre la esfera pública y privada, que las limitaba y definía antiguamente. Nahui Olin, Rosario Cabrera, Guadalupe Marín, Graciela Amador, Concha Michel, Aurora Reyes, Carmen Foncerrada, Isabel Villaseñor, Anita Brenner, Antonieta Rivas Mercado y las extranjeras Tina Modotti y Frances Toor, formaban el centro de una comunidad cultural en la que la actividad artística con frecuencia se dinamizaba con las relaciones personales entabladas con sus colegas pintores”.

La mujer nueva

Tostado cuenta que las artistas encontraron diferentes tácticas expresivas. El humor les permitió denunciar y protestar contra prejuicios, discriminación e inequidad.

“El retrato entre ellas y el autorretrato les sirvieron como una herramienta de representación de la personalidad y vida de cada una, pero también de autoridad: mirar y ser mirada trascendió la preocupación estética para convertirse en un acto de participación política”, dice Tostado.

La enseñanza a través del magisterio y de su activismo político, acciones primordiales dentro de las misiones vasconcelistas, funcionaron como nuevos caminos de exploración artística.

“Al mismo tiempo que se proyectaba una ‘mujer nueva’, los muralistas impulsados por Vasconcelos propusieron un ‘hombre nuevo’ surgido del mestizaje pero indiferente a la necesidad de igualdad entre sexos, tal como las artistas y colegas del Partido Comunista denunciaron en repetidas ocasiones”.

La muestra presenta obra de María Dolores Velázquez Rivas, conocida como Lola Cueto (1897-1978), quien ingresó a la Academia de San Carlos en 1909. Fue una de las primeras alumnas en un ambiente artístico eminentemente masculino. Exploró con la pintura, el grabado y el tapiz, y al casarse con Germán Cueto viajó a Europa en 1927, donde conocieron a Angelina Beloff, primera esposa de Diego Rivera, y comenzaron a crear marionetas. A su regreso a México, creó con el poeta List Arzubide una compañía de teatro guiñol para la SEP.

También puede apreciarse obra de Anita Brenner 1905-1974), quien junto con Tina Modotti y Edward Weston, recorrió el país registrando el patrimonio artístico. Dio a conocer a los muralistas mexicanos en Estados Unidos y denominó al movimiento como “el renacimiento artístico”.

Tina Modotti (1896-1942) llegó a México como asistente de Edward Weston, sin embargo, su estilo fotográfico destacó por una postura antipictórica y de denuncia social, lograda por medio de perspectivas no convencionales que distorsionaban las formas orgánicas en geométricas.

Tostado también refiere la presencia de Carmen Mondragón, conocida como Nahui Olin (1893-1978), como fundamental por su aportación al arte y a la literatura. En los murales de San Pedro y San Pablo, el Dr. Atl la pintó desnuda, por lo que la obra fue destruida por las autoridades educativas porque no la consideraban adecuada para la juventud, mientras que ella, con su particular estilo, además de retratar al Dr. Atl o de pintarse en los brazos de él, se mostraba como una mujer sin prejuicios.

La exposición El espíritu del 22: un siglo del muralismo en San Ildefonso estará abierta hasta el 12 de junio de 2023 en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, ubicado en Justo Sierra 16, en el Centro Histórico.

PCL

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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