Tiene ya 98 años y no puede caminar, pero no necesariamente por su edad sino porque en su juventud fue torturada: le fracturaron las piernas y los pies y la dejaron lisiada para el resto de su vida. Ella es Irena Sendlerowa, enfermera de profesión, polaca, católica y quien salvó a 2 mil 500 niños judíos del gueto de Varsovia.
Fanny Sarfati la interpreta en El ángel de Varsovia, puesta en escena escrita por Tomás Urtusástegui y que se presentará del 29 de junio al 23 de julio en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, del Centro Cultural del Bosque.
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“Casi la matan, de hecho en los archivos de los nazis aparece como fusilada, pero la resistencia polaca sobornó al soldado que estaba a cargo de fusilarla y siguió viviendo sin que la gente supiera; después de la guerra siguió escondiéndose bastante”. En este monólogo, “se lleva el peso de esa historia, de una mujer que le choca que le digan héroe, porque fue una labor que hicieron muchas personas, lo cual tiene razón, pero que fue iniciativa de ella”, dice la actriz en entrevista.
La puesta está situada con una Irena mayor, “haciendo flashbacks de la historia y contando cómo es que hizo esta labor con los niños, y siempre desde una mujer muy sabia, capaz de reírse de sí misma. Empieza la obra enamorándote del personaje, porque es una mujer muy tierna y muy simpática, y te cuenta una historia muy trágica; entonces, es una obra que te tiene pegado al asiento, que conmueve al público, que llora, que ríe. Es un homenaje real a Irena y al maestro Tomás, que murió en abril de 2020”.
El ángel de Varsovia fue estrenada con anterioridad en el Museo Memoria y Tolerancia, durante el evento central del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Además, ha sido galardonada con el Premio San Ginés de Teatro Independiente Mexicano, como mejor monólogo 2020, así como por la Agrupación de Periodistas de Teatro como Mejor Actriz de Monólogo 2022.
El inicio
Irena Sendlerowa tenía 30 años cuando decidió salvar a miles de niños. “La mejor amiga de Irena era una chica judía y se llamaba Eva, y en su calidad de enfermera Irena podía entrar y salir del gueto de Varsovia con relativa facilidad y llevarles alimento, medicina y ropa a la familia de Eva, pero con cada entrada y salida veía cómo iba creciendo la pobreza, la miseria y la muerte, sobre todo de los niños pequeños”.
Entonces, fue cuando empezó su lucha, haciendo cosas y movimientos extraordinarios que iban desde sacar a los niños en bolsas de basura, en cajas de frutas, ataúdes o en ambulancias con doble fondo.
“Era primero una labor hormiga y después se une a la resistencia polaca, que tenía un consejo de ayuda a los judíos y un comité de ayuda a niños, y entonces es una red virtuosa de miles de mujeres y hombres que arriesgaron sus vidas para salvar otras, lo que es muy inspirador. Es una obra del maestro Tomás Urtusástegui, la última obra que dio en vida y me la dedicó a mí, así que tengo una doble responsabilidad”, agrega Fanny Sarfati.
Para esta temporada de El ángel de Varsovia se decidió agregar contenido multimedia, con la intención de que el público no se confunda sobre si es una historia ficcional: “Queda claro que es una historia que se cuenta y que es parte de la Segunda Guerra Mundial”, asegura la actriz, quien se ha dedicado “los últimos 15 años de vida en retomar la vida de mujeres que son olvidadas por la historia y yo voy a recuperarlas, al menos algunas de ellas”.
PCL