Felipe Cazals. “Los hechos de Canoa, una realidad vergonzosa”

En 1975, la historia de este hecho violento que marcó al territorio poblano llegó al cine.

Aspectos de la filmación de la película de Felipe Cazals | Especial
Israel George
Puebla /

Hace 53 años un hecho violento marcó al territorio poblano, las campanas repicaron y los aparatos de sonido propagaron el miedo. Las voces provenientes de la iglesia incitaban a levantarse en armas, pedían la captura de falsos comunistas que habían llegado a San Miguel Canoa.

La noche del 14 de septiembre de 1968, una turba linchó a cinco trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla; eran excursionistas que iban a la Malinche, pero la lluvia torrencial les impidió el ascenso. Buscaron refugio en el pueblo, a cambio de un pecado que no cometieron.

Los jóvenes ya no pudieron salir de la junta auxiliar, solo una persona les ofreció asilo por una noche en casa de un hermano, sin saber que la tragedia los esperaba. En 1975, la historia llegó al cine bajo la dirección del cineasta Felipe Cazals y el guion de Tomás Pérez Turrent. En entrevista para Telediario, el director de cine recordó la vivencia de la filmación.

“La absoluta verdad es que en San Miguel Canoa existía una serie de cosas que favorecía la violencia; quiero decirte que el testimonio que aporta Canoa, memoria de un hecho vergonzoso, se sustenta en una realidad incuestionable”.

La masacre fue perpetrada por dos mil habitantes. Atacaron a los jóvenes con machetes, palos y piedras, convencidos de que eran comunistas que querían colgar una bandera rojinegra en el templo. Una violencia a la que el cura Meza Pérez llevó a la población.

“Como director exigí que todos los hechos que se mencionaran dentro de la película fueran confirmados, de tal manera que la película es un ejemplo distinto dentro del cine mexicano y completé esta decisión filmando la película con la presencia de los sobrevivientes, de manera tal que con la dificultad que esto suponía, ellos me dijeran, me señalaran cómo fueron los hechos conforme pasaban las horas”.

Esa noche murieron Jesús Carrillo Sánchez y Ramón Calvario Gutiérrez, empleados de la UAP; Lucas García García, el hombre que los hospedó, y su hermano Odilón. Julián González Báez, Miguel Flores Cruz y Roberto Rojano Aguirre, otros empleados heridos de gravedad.

“La película se rodó en Santa Rita Atahualpan en cuatro semanas, porque yo no podía aceptar que se hospedaran en los alrededores mis colaboradores. Viajábamos desde la Ciudad de México hasta Santa Rita, muy temprano en la madrugada”.
“Construí la película con base al guion de Pérez Turrent con una visión única, consistente, el obligar a los espectadores a irse convenciendo por la propia narrativa de la película que no había escapatoria posible y conforme avanzaba la acción de la película, los espectadores eran cada vez más de la tragedia que la noche de San Miguel Canoa”.

Actualmente, Puebla ha sido escenario de linchamientos bajo contextos diferentes, ya que se encuentra inmerso en la inseguridad. Felipe Cazals retrató este suceso del México del siglo XX, pero bajo su visión se lograron otros trabajos: Las Poquianchis y Apando, cintas que están en la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano.

AFM

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