El Teatro Metropolitano de Tampico se llenó de emoción y música la noche del domingo, gracias a las voces inigualables de dos destacados artistas: el tenor Fernando de la Mora y la talentosa cantante Leticia de Altamirano. Su presentación fue parte del XXI Festival Internacional de la Costa del Seno Mexicano (FICSM), un evento que ha reunido a lo mejor del talento artístico en Tamaulipas.
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Fernando de la Mora, un tenor reconocido a nivel mundial, comenzó el recital expresando su gratitud por estar presente en un escenario que marcó el inicio de su carrera hace ya dos décadas. "Qué privilegio estar aquí. Cómo pasa el tiempo. Hace 20 años que inicié aquí", dijo, con nostalgia y gratitud en su voz, ante una audiencia expectante.
El concierto no solo fue un tributo a su trayectoria, sino también un reconocimiento a la importancia de la cultura como motor para el progreso. "La cultura es el único medio para salir adelante. Quiero dedicar este concierto a mi querida Gilda Appedole", anunció De la Mora, antes de iniciar un viaje musical por los terrenos del Bel Canto, un género en el que es un maestro indiscutible.
Durante la velada, las notas llenas de emoción se elevaron por el Teatro Metropolitano mientras De la Mora y Leticia de Altamirano compartían el escenario, mostrando una química musical excepcional. Entre las interpretaciones que capturaron el corazón del público, destacó la dedicación especial de "Amor Eterno" a dos personas, a Neder Juan Nader y Gilda Appedole. Esta emotiva elección de canción creó un ambiente cargado de sentimientos, resonando en cada rincón del teatro.
La presencia de estos artistas de renombre internacional no solo fue un regalo para los amantes de la música clásica, sino también una muestra del compromiso del FICSM de llevar experiencias culturales excepcionales a la comunidad tamaulipeca. El público, emocionado y agradecido, aplaudió calurosamente al final de cada actuación, reconociendo la magia y el talento que llenaron la sala.