Durante el 47 Festival Internacional Cervantino, un candente coro multitudinario, de más de cinco mil personas, estremeció a Guanajuato, durante la presencia a Omara Portuondo, quien en una única función cantó con Regina Orozco en Alhóndiga de Granaditas.
¡Lágrimas negras! ¡Lágrimas negras! Le gritaba el público a la leyenda cubana salió a escena, como si fuera la hora de las complacencias.
Las ovaciones la cobijaron desde que pisó el máximo foro cervantino al aire libre, a unos días que se estrene Pedazos del Corazón, disco que grabó con la soprano Regina Orozco.
El público se divirtió y cantó con la dupla, algunas piezas de este material discográfico, convirtiéndose este espacio en un refugio de la nostalgia, del amor y desamor.
Omara Portuondo interpretó sones y boleros, pero su carta de presentación fue "María Bonita", de Agustín Lara.
A punto de celebrar su cumpleaños el próximo 29 de octubre, la llamada Diva del Buena Vista Social Club, cantó “Un poco más”, y cuando apenas se escuchaban los acordes musicales de “Solamente una vez”, preguntó a la concurrencia: ¿se la saben? Invitado así a todos a entonar con ella: “una vez, nada más, en mi huerto brilló la esperanza, la esperanza que alumbre el camino de mi soledad...”.
En una cálida noche, Omara Portuondo acompañada de Regina Orozco bromeó y cantó algunos boleros de la autoría de Álvaro Carrillo que le significaron una lluvia de aplausos, como “Sabor a mí”, “La mentira” y “Sabrá Dios”.
El cierre de la velada estuvo espectacular, todos en la explanada y en las escalinatas se contagiarían del ritmo de “Lágrimas negras”. Se pararon a bailar, pero sobre todo para brindarle una prolongada ovación a una de las máximas representantes del son y el bolero.
Y se fue Omara Portuondo y los asistentes en el primer fin de semana del Festival Internacional Cervantino, no dejaban de cantar: “Llora, llora, como yo lloré...”.
lnb