El Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, a diferencia de otros enormes, tiene lo que podríamos llamar una “dimensión humana”, en el que se cruzan algo más que intercambios banales y de coyuntura. El FIT de Cádiz tiene un sabor que enamora amén de que Charo Sabio, los hermanos Eduardo y Pepe (su director) Bablé y todo el equipo, hacen de la estancia un regocijo.
Aquí, el teatro de Iberoamérica transita de lo artístico al pensamiento crítico, con un encuentro de mujeres de la escena y una serie de eventos especiales coordinados por el teatrólogo cubano Eberto García.
La presencia cubana en este FIT estuvo encarnada por dos propuestas, una de Miami y otra de la isla, que dialogan en juego de espejos. Mario Ernesto Sánchez, viejo lobo de mar del teatro latino en Estados Unidos, trajo En ningún lugar del mundo, escrita por Abel González Mello para el grupo Teatro Avante. Rara pieza de este poderosísimo dramaturgo del que se han publicado en México Chamaco y Talco (con mundos marginales).
Con este texto en clave de melodrama, mete las manos a fondo en el fango lacerante del exilio forzado. Y entre Mario Ernesto y Abel construyen una obra que es nostalgia y urgencia, como esos carros viejos de La Habana de los años 50 que se niegan a perecer, urgidos de cambio de motor, pero rugiendo con una potencia innegable.
Jacuzzi, escrita y dirigida por Junior García, no sería el otro lado de la moneda sino la misma cara vista desde otro ángulo. Obra valiente que dice con potencia las quejas que los habitantes de la isla tienen con esa revolución que se ha quedado coja en tantas cosas que las virtudes de la misma dejan de estar a simple vista.
A pesar de que los tres personajes parecen contrapuntear, hay un discurso autoral dominante que justo juega en contra de la pieza. Lo cual la debilitan: los personajes hablan sin diferencia de idiolecto, y el discurso se agota. Y pese a lo dicho, es evidente su poderío.
FICHA
TRAS BAMBALINAS
UNA SALUDABLE TRADICIÓN
Considerado un puente para las artes escénicas de uno y otro lado del Atlántico, en su trigésima tercera edición el festival presentó 23 compañías de ocho países, además de espectáculos que abarcan desde la danza al circo.