Al comenzar a trabajar en la serie Cien años de soledad, producción de Netflix basada en la novela de Gabriel García Márquez que estrena su primera temporada, de ocho capítulos, el 11 de diciembre, los guionistas se hicieron una pregunta: “¿Por qué adaptar esta novela?” Cada uno tenía una razón que le parecía importante.
En el panel Cien años de soledad: del libro a la pantalla, actividad del primer día de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2024, la guionista colombiana Natalia Santa (La defensa del dragón, 2017) contó la historia de esta duda grupal y reveló su respuesta: “La historia sigue siendo muy vigente en su análisis de la sociedad colombiana y latinoamericana, sobre la violencia endémica en países como Colombia, sobre cómo estamos condenados a repetir una y otra vez la misma violencia”.
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Del libro, que fecha su primera edición en mayo de 1967, los guionistas tomaron lo “transversal, importante y pertinente para convertirlo en una serie”, explicó Natalia. También adquirió una estructura lineal sobre las andanzas de las siete generaciones de la familia Buendía para que cualquier espectador, haya o no leído el libro, “pueda entender”.
Además de Natalia, en el panel estuvieron la guionista Camila Brugés; el director de proyectos especiales en la Fundación Gabo, Daniel Marquínez; y la periodista Laura García, con el rol de moderadora.
Brugés (Frontera verde, 2019) acentuó que la obra del ganador del Nobel de Literatura fue la fuente principal de la adaptación, pero también hubo una gran documentación y muchas charlas para lograr acuerdos, por ejemplo, ante la definición de realismo mágico. “Lo que teníamos claro es que el realismo mágico nos hablaba de la intención de Gabo de mostrar cómo es nuestra región. En el Caribe colombiano conviven y se yuxtaponen la belleza y la poesía, pero también la miseria y la oscuridad del hombre”.
A los guionistas les preocupó la representación de este concepto: no querían “mostrar cosas que parecieran de Harry Potter, que salieran de un universo fantástico”. Al final, consideran que lograron el reto de comunicar la historia de la familia Buendía de “una forma muy precisa”.
Daniel Marquínez dijo que la adaptación nunca generó “temor” entre los involucrados; al contrario, permeó la emoción porque “va a contribuir a que mucha gente vaya a leer el libro. El libro es un soporte que contiene esa historia y lo que ellas han hecho es interpretarla. Esto le da otra vida a una historia que sigue siendo vigente”. Recordó que no es la primera interpretación que se hace de la obra, pues muchos académicos ya la han intentado desentrañar. La de Netflix es “la primera interpretación que se hace para audiovisual. Son espacios amplios donde todo cabe, la serie complementa al libro”.
El director de proyectos especiales en la Fundación Gabo dijo que tener a Netflix de su lado es “una maravilla”, porque “ayuda a que en pantallas de millones de personas haya una historia de esta región. Si la novela contribuyó a ampliar las fronteras de la literatura, incluyendo temas que venían de una región como América Latina, la serie va a ampliar las fronteras del conocimiento desde la tolerancia”.
Además de Natalia y Camila, el equipo de guionistas de Cien años de soledad lo completaron el puertorriqueño José Rivera y el colombiano Albatros González. La colombiana María Camila Arias (Los reyes del mundo, 2022) apoyó con la consultoría de guiones.
hc