Cástulo de la Rocha, abogado, migrante, luchador social, coleccionista de arte, está de visita en Guadalajara. Dentro del marco de la edición 33 de la FIL Guadalajara se muestra en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA de la UdeG) la exposición Construyendo puentes en época de muros Arte chicano/mexicano de Los Ángeles a México que incluye algo de su amplio acervo que ha acumulado a lo largo de cincuenta años, “casi de manera accidental, como hobby, nunca me propuse tener una colección de arte, como muchas otras cosas que no busco en la vida y se dieron”, según afirma.
Nació pobre. Dice que la pobreza la conoció durante sus primeros diez años de vida en su natal Buenavista de Atascaderos de Guadalupe y Calvo Chihuahua, “entre llanuras y montañas” que dejó cuando sus padres decidieron irse con toda la familia a Estados Unidos. Actualmente es director ejecutivo de Alta Med Organización sin fines de lucro que coordina 54 clínicas que dan empleo a cerca de 5 mil familias y servicios médicos a la comunidad de latinos en California.
En su perspectiva el Arte Chicano no se conoce mucho, “es un sentir y una forma de ver el mundo muy diferente, no somos mexicanos, tampoco somos estadunidenses, somos los dos y eso nos llena mucho de orgullo”. Dice que procura venir a México a disfrutar de la comida y del paisaje cada vez que puede, pero esta visita es especial. Consideró que después de 14 años que no había mostrado algo de su acervo en México no quiso perder la oportunidad de promover la exposición itinerante mencionada que se encuentra en el MUSA e incluirla dentro del circuito Arte-migración que el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) lleva por varias ciudades del país y que anclará en Tijuana como último destino antes de llevarla a Estados Unidos e Italia.
¿No le parece extraño?... Nunca quiso ser coleccionista y esa es la razón por la cual se encuentra hoy en Guadalajara...
La vida es así… He hecho muchas cosas sin buscarlas y otras que me gustaban o me plantee realizar no se dan. De joven practicaba box y a pesar de que lo disfrutaba no me dedique a eso. Estoy muy agradecido de formar parte de esta Feria y compartir nuestro Arte Chicano... Esto del coleccionismo comenzó porque fui parte del movimiento del 68. Fue una gran década fue la primera ocasión que Estados Unidos nos permitió a los latinos estudiar en la Universidad. Comencé a asistir a protestas por nuestros derechos civiles. Había protestas por todos partes: Por un lado Martin Luther King, de otro, la protesta contra la guerra de Vietnam, luego la nuestra por los derechos civiles para latinos... yo tendría 18 o 19 años, estudiaba en aquel entonces Ciencias Políticas en la Universidad de California de Santa Bárbara. A mí me gustaba lo que hacían mis amigos artistas. Eran tiempos en que podía cambiarles un six pack de cerveza por una pintura (risas)… Así comencé a conectar con muchos artistas. Al cabo de algunos años cuando ya trabajaba en las clínicas tenía muchas obras en casa, no sabía donde meterlas, comencé a adornar las paredes de las clínicas con esos cuadros y vi que lucían bien y gustaban a la gente.
¿Tenía alguna obsesión por determinado estilo o tipo de piezas?
Creo que siempre me han gustado las obras que pueden conmoverte y sobre todo pintura más que otra cosa. Luego... Eso, el artista y su interés por mostrar su realidad. Tengo una pintura que un amigo pintó sobre la muerte del periodista Rubén Salazar. La pieza la pintó en 1984, pero me conmovió tanto porque yo estuve durante su asesinato en 1970. La manifestación fue en esas calles del Este de Los Ángeles, él hacía la cobertura para alguno de los periódicos para los que trabajaba. La policía llegó a golpearnos y mataron a algunos entre ellos uno fue Salazar. La obra está hecha con gran maestría y representa mucho para nuestra historia como chicanos, pero esa es sólo una obra. Más allá del miedo y la injusticia retratada hay todo un gran colorido en la obra de artistas como Los Four: Beto de la Rocha (California, 1937), Gilberto Sánchez Luján (California, 1940-2011) y Judithe Hernández (California, 1948), Frank Romero (California, 1941), Carlos Almaraz (Ciudad de México, 1941-California, 1989), todos ellos activistas de la comunidad chicana que en 1974 lograron llevar sus obras al LACMA de Los Ángeles y de los cuales aquí en esta muestra que trajimos a Guadalajara pueden apreciarse algunos de sus trabajos. La veta de artistas chicanos es mucha no alcanzo a recordarla toda, mi acervo apenas es como de mil 500 obras.
En su caso el arte no es lo único que ha apoyado solamente…
Considero que la Ciencia es otra cosa que debemos apoyar, ayudar a que la calidad de vida de las personas mejore. En Alta Med tenemos un programa para personas mayores. Los artistas van a nuestras clínicas y los ayudan a pintar. Nuestros ancianos de 70 a 80 años no sólo reciben servicios de salud, también se recrean en el arte, eso les ayuda en su estado anímico. Incluso, se han convertido en guardianes de la obra, ha habido casos que yo he querido sacar alguna pieza para exponerla y he prescindido de ella porque luego hay quienes encariñados con la pintura no desean que la saquemos a exponerla porque para ellos se ha vuelto esencial en sus vidas eso, cuando ha sucedido me ha parecido increíble. Aunque eso no es suficiente, lo importante es que tenemos que organizarnos Los 57 millones de latinos somos la séptima potencia económica en el mundo. Debemos cambiar las cosas, se acerca el tiempo. Me interesa también impulsar la Educación que tiene qué ver con los problemas en torno a la migración.
¿Qué tanto ha cambiado la situación de Los Chicanos en Estados Unidos, desde aquél lejano 68 y la migración?
El racismo permanece, recientemente lo vimos en la matanza de El Paso, es triste, sin embargo, claro que ha habido cambios. En el 68 existían sólo dos representantes en el Congreso de los Estados Unidos, luego pasamos en algunos años a tener una presencia del diez por ciento ahora, el 30 por ciento tiene presencia en la Asamblea y en el Congreso del país.
La migración se sigue viendo como un problema. Este muro que se extiende y que parece no tener fin, sigue y se erige porque este presidente Trump le ha dado permiso a los racistas a que salgan y que actúen. La única forma de cambiar eso en Estados Unidos es eligiendo mandatarios que comprendan mejor la situación. Los latinos necesitamos unirnos, para que logremos mejores condiciones en Los Ángeles, Chicago, Arizona, todo el Suroeste, nuestro poder político y económico debe sustentarse en la Educación, por eso debemos impulsarla, debemos unirnos como comunidad latina y prepararnos para las siguientes elecciones en Estados Unidos, el cambio es posible.
Libro que está leyendo
Tell Me How it Ends: An Essay in Forty Questions de Valeria Luiselli y A Good Provider' Argues Migration Can Be Salvation de Jason DeParle, que hablan de migración de niños latinos migrantes y de familias de Filipinas, respectivamente.
JMH