“El rastro” es el título de la obra de Margo Glantz relanzado por el sello editorial Almadía que presentó la noche de ayer en el Festival Internacional de la Feria del Libro (FIL) en su edición 33.
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La novela, anteriormente ganadora del Premio Herralde narra la historia de Nora García, una chelista que regresa a su pueblo para asistir al servicio funerario de su exesposo, un pianista que recién fallece por un infarto al miocardio.
En palabras de la autora, la obra “explora una obsesión mía, la de los usos del cuerpo femenino. Las mujeres a quienes en otras épocas les prohibían tocar el chelo porque para hacerlo tenían que abrir las piernas. Tuve además que documentarme mejor sobre la música, las enfermedades del corazón y su fisiología”, reveló.
"El rastro" retrata una pareja que compartió el cuerpo y la profesión, la novelista señaló que reúne la música con el elemento del corazón, el cual le imprime gestualidad “todavía creemos que es en el corazón donde se generan los sentimientos, que se rompe el corazón cuando tenemos un amor desgraciado y es ahí cuando surgen una inmensa gama de expresiones y lugares comunes muy populares, cuyo punto de partida es ese órgano”, indicó.
Para Glantz sus historias exploran el imaginario femenino “ver la realidad de ese imaginario y las relaciones sexuales de un hombre y una mujer en la que la mujer se somete, sucede enormemente, y que además plantea la posibilidad de que la mujer pueda tener placer, me remite al problema del fascismo”, dijo.
Porque el fascismo lo que primero hace es reprimir los cuerpos, menciona la escritora, quien agrega que “trabajar un personaje que está haciendo el amor con otro personaje que la reprime, es someter el cuerpo del otro, es lo que hacen las dictaduras, una de las cosas más terribles del fascismo”, finalizó.
Al término de la presentación, los asistentes al evento se acercaron para obtener una firma de su autora favorita.
JMH