Andrea Chapela, otoño y olvido

Interrogatorio MILENIO

Una de las mejores narradoras jóvenes en español, según la revista Granta habla de su lugar idílico, la música que resuena en su cabeza y

Andrea Chapela. / Ángel Soto
Ángel Soto
Guadalajara /

Andrea Chapela es autora de Ansibles, perfiladores y otras máquinas de ingenio (Almadía, 2020). Este año, la revista Granta en español la incluyó en la selección 2021de Los mejores narradores jóvenes en español. Hoy responde al Interrogatorio MILENIO.

¿Cuál es tu recuerdo más remoto?

Estar sentada comiendo el lunch en el kínder, a los cinco o seis años.

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

Mi padre me dijo que eligiera una carrera que me entretuviera un rato y luego hiciera lo que me diera la gana. Estudié Química y ahora me dedico a escribir.

¿Tienes alguna compulsión u obsesión?

Tengo algunas por pequeños periodos y luego van cambiando. Ahora mismo tengo una agenda muy obsesiva, pero eso es nuevo, desde que comencé la maestría. Tengo que tener mucho cuidado con mi tiempo. Pero van cambiando.

¿Qué te enfurece?

Cuando salgo de mi casa y a cinco cuadras me doy cuenta de que se me olvidó algo muy importante.

¿Cómo es tu día libre ideal?

Estaría en mi casa leyendo en el sofá todo el día con mi gato.

¿Cuál es tu época favorita del año?

El otoño en todos los lados del mundo.

Si pudieras elegir cualquier lugar del mundo para vivir, ¿cuál sería?

Ahora mismo, Seúl. Llevo un rato estudiando coreano, me gusta mucho su literatura, me gusta muchísimo su comida. Estar en otoño sería uno de los momentos más bonitos.

Algo que jamás comerías.

Tarántulas, porque dicen que cuando te las comes explotan en tu boca.

¿Qué canción no has podido sacar de tu cabeza recientemente?

“Heat Waves”, de Glass Animals.

¿A quién admiras más?

A Carmen María Machado. Es el tipo de escritora que querría ser.

La última película o serie que viste

Estuve viendo un anime que se llama Odd Taxi.

Algún objeto del que no puedas separarte

Mi almohada. La tengo desde hace mucho tiempo y la he movido de casa en casa.

¿Cuál fue tu primer trabajo?

Fui profesora de español en la Universidad de Iowa, a los 24 años.

¿A qué le temes?

A olvidar y a ser olvidada.

¿Tienes alguna palabra favorita?

Hay muchas que me gustan. Hoy, por alguna razón, tuve que decir la palabra “tarareo” y me hizo muy feliz pensarla, porque es una palabra onomatopéyica.

Algún gran hallazgo que te haya dado internet.

El primer gran hallazgo de mi vida fueron las fan fictions, que es con lo que comencé a escribir.

Algo excéntrico de tu relación con los libros

Durante mucho tiempo leía primero el índice, el final, y luego comenzaba a leer el libro. Los spoilers no me importan, me gustaba saber a dónde iba el asunto antes de llegar ahí. Ya no lo hago.

Tu mejor recuerdo de la FIL

La segunda vez que vine a la FIL fue cuando se publicó el último libro de mi tetralogía (Vâudïz, Ediciones Urano, 2008-2015), y tuve una fila muy larga. Venía gente con libros que había leído hace tiempo. Conocí a muchas personas que me habían leído durante cinco o seis años. Me contaron cosas, me trajeron fan arts… esas cosas que pasan cuando escribes juvenil, fue muy padre.

¿Qué escritor o escritora no dejas de recomendar?

María Luisa Puga. Es una escritora mexicana que se ha estado rescatando y no debería olvidarse. Pánico o peligro fue uno de los libros más importantes que he leído.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.