Al participar en la mesa “Creación y caos ante las enfermedades emergentes”, como parte de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el escritor y neuropsiquiatra Jesús Ramírez Bermúdez destacó que la falta de contacto físico y la imposibilidad de agruparnos en la pandemia nos pega en una disposición afectiva que forma parte de nuestros recursos habituales para lidiar con cualquier crisis.
“Muchos de los valores de nuestra sociedad, relacionados con recursos como la solidaridad, pasan por esa dimensión afectiva que tiene que ver con el contacto físico, con reunirnos; la imposibilidad de realizarlo significa un punto de conflicto muy importante en los individuos y es otro factor de riesgo para desarrollar problemas de ansiedad, insomnio, depresión”.
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En una conversación con la escritora y editora Maia Miret, con la moderación de María Emilia Beyer, el autor del libro Depresión: la noche más oscura habló de un camino para la comunicación en el terreno de nuestras redes simbólicas: el que nos pueden ofrecer los lenguajes artísticos, porque si la información científica es muy relevante, “también necesitamos cosas que nos ayuden a tener un pequeño encantamiento emocional que nos saque de esta especie de hechizo en que nos ha hecho caer la pandemia”.
“Los lenguajes artísticos tienen una función muy importante para proveer de esa dimensión afectiva, que se pierde porque no tenemos el contacto físico y la posibilidad de agruparnos como estábamos acostumbrados”, recalcó Ramírez Bermúdez.
Para Maia Miret, uno de los problemas que enfrentan las sociedades contemporáneas se vincula con la memoria, pero de una manera distinta: la normalidad humana ha transcurrido en compañía de las epidemias, que han tenido interpretaciones que las atraviesan, desde los primeros registros hasta la actualidad, y que emergen una y otra vez.
“Hemos olvidado que la normalidad es la vida con enfermedades infecciones y con ondas epidémicas regulares. Las pestes del mundo antiguo duraban generaciones, emergían y desaparecían de manera que aún no terminamos de comprender: conocemos la plaga y la influenza, pero están el cólera, la tifoidea, la disentería, la malaria y muchas otras que han afectado enormes porcentajes de la población”.
Durante la conversación, Jesús Ramírez Bermúdez alertó de los problemas de salud mental que se vendrán con la pandemia, sobre todo porque no ha disminuido la gravedad del problema: “Tampoco se trata de generar una situación de alarma, pero sí es muy importante tener una planeación muy rigurosa, porque estamos hablando de que en términos de salud pública necesitamos los medicamentos, los profesionales, los recursos de psicoterapia para lidiar con esto”.
PCL