Su título lo decía todo: “En defensa de la pintura”. El artista Jordi Boldó cuestionó el apoyo que se le sigue dando a cierto tipo de arte contemporáneo que, sin dejar de cuestionar, y “salvo en honrosas excepciones, me parece un arte artero, tramposo y falto de calidad”.
“En momentos de crisis es común equivocarse y no saber distinguir la caca de la mostaza. Esto lo digo pensando en el arte contemporáneo que, si bien es verdad que nos cuestiona y nos hace reflexionar, no acaba de convencerme”, aseguró el artista de origen catalán y quien forma parte de la Colección MILENIO Arte, durante la presentación del catálogo de la IV Bienal de Pintura Atanasio Monroy.
Para el ganador del primer lugar en la categoría de Artistas Consolidados, a pesar de las voces que han reflexionado sobre el tema, aún se le alienta y se les conceden valores que, “sinceramente, no creo que tengan”.
“Tengo muchos amigos metidos en esto, pero creo que es una moda y, como tal, está destinada al olvido. Lo peor: el arte de nuestros días me parece un motín de advenedizos que han sabido embaucar a buena parte de la sociedad, imponiéndolos un gusto perverso por expresiones groseras y fáciles”.
Durante la presentación del volumen, en el contexto de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Igor Lozada, director de Cultura de la Universidad de Guadalajara (UdeG), destacó la consolidación de la Bienal Atanasio Monroy, en particular como un ejemplo de lo que significa la descentralización real, práctica, concreta, “no sólo en palabras o en buenas intenciones de políticas culturales”.
“La descentralización nos está demostrando que es capaz de darnos el mapeo de dónde está nuestra producción en artes plásticas. Fueron más de mil obras las que se recibieron para la selección de este certamen, de prácticamente todos los estados, sólo Nayarit no participó, lo cual significa que tenemos el inventario, de seis años a la fecha, de lo que se ha producido y esos indicadores, ahora que están de moda las industrias creativas y culturales, los ponemos a disposición de todo aquel investigador, gestor cultural o impulsor de la industria naranja”.
Convocada por la Centro Universitario de la Costa Sur y Cultura UDG, la Bienal Atanasio Monroy nació con la intención de alentar la producción de los artistas de la entidad, pero con el paso del tiempo se amplió a todo el país.
El catálogo está conformado con 60 imágenes, que incluyen las seis obras ganadoras, seis menciones honoríficas y algunas obras representativas de las tendencias de los 623 artistas plásticos que participaron en el certamen, con alrededor de mil 400 piezas.
epc