En el ámbito religioso, quienes no comparten una fe son considerados herejes: de esa definición viene el título del libro de José Luis Martínez S., Herejías. Lecturas para tiempos difíciles (Madre Editorial, 2021), en donde el escritor y periodista comenta, glosa, practica —a través de obras de autores de diferentes épocas y lugares— el ejercicio de la crítica, tan necesario en nuestro tiempo.
“La escritura no es un ejercicio de popularidad. La reflexión no es un ejercicio de popularidad, sino la posibilidad de pensar, adquirir y expresar un punto de vista, que puede, o no, ser compartido, por otros”.
- Te recomendamos Cristina Urrutia, de Ediciones Tecolote, recibe el Homenaje al Mérito Editorial en la FIL 2021 FIL
De ahí la certeza del director del suplemento cultural Laberinto de MILENIO sobre la importancia de la reflexión, “en cualquier momento”, ante las opiniones intempestivas, el clima de polarización, la desinformación y el rencor que cunde, sobre todo, a través de las redes sociales, muchas veces alentado por los mismos actores políticos.
“Es necesario tomarse un tiempo para pensar, algo que nos está haciendo falta. Para mí, es básico reflexionar sobre el momento que estamos viviendo, casi siempre recurriendo a libros que han escrito y escriben personas que nos ayudan a comprender lo que sucede —la violencia, por ejemplo— en la calle o en la casa, en la vida pública o privada”.
En el volumen, se reúnen artículos publicados por José Luis Martínez S. en su columna “El Santo Oficio”, aunque reescritos para evitar la caducidad de la coyuntura periodística, recurriendo a las páginas de otros autores, convencido de que en los libros se pueden hallar herramientas para pensar nuestro tiempo.
“Hay hechos, personajes públicos que no entienden que vivimos un tiempo distinto, que las exigencias y los reclamos de la sociedad son diferentes en cuestiones democráticas, de salud o educación, y asumen actitudes o conductas que uno pensaría totalmente superadas. Un libro como El estilo personal de gobernar, de Daniel Cosío Villegas, que retrata al gobierno de Luis Echeverría, de pronto adquiere de nueva cuenta vigencia en pleno siglo XXI con la impronta que imprimen algunos gobernantes a sus gestiones y que, con frecuencia, los llevan a no respetar las reglas o las instituciones”.
Autor de La vieja guardia y El día que cambió la noche, en su nuevo libro José Luis Martínez S. reflexiona sobra la importancia de la diversidad de opiniones, del debate y la polémica en un mundo plural.
“Pero el debate exige diálogo —no gritos y menos aún insultos— y para ello es fundamental escuchar. Si en la presunta conversación pública, en vez del diálogo practicamos el monólogo, el otro deja de importar y eso fomenta y agranda la división social”.
Desde esa perspectiva, la cultura y la literatura deben tomarse como ejemplo de que, aún en la diversidad, podemos tener objetivos comunes: ¿a quién no le gustaría volver a tener un país pacífico, en el que podamos transitar por cualquier parte del territorio nacional?, se pregunta:
“Puedes ser de izquierda, de derecha o de centro, pero ese sería un anhelo compartido. Una sociedad en la que se respeten las leyes, en la que todos podamos tener una vida digna. Podemos polemizar, pero no podemos dejar de escuchar los puntos de vista del otro”.
ÁSS