Si La tierra de la gran promesa ha sido catalogada como una metáfora del México contemporáneo, al mismo tiempo es una historia en el que las mujeres juegan un papel relevante, más allá de que los protagonistas sean hombres, convencido su autor, Juan Villoro, de que “si este país no se ha venido abajo, sino se ha destruido totalmente, ha sido por la fuerza resistente de las mujeres”.
“Por la manera solidaria en que han estado enfrentando una sociedad rota, descompuesta, marcada por una violencia que ha sido fundamentalmente una violencia masculina dirigida contra las mujeres y, a pesar de ello, el sentido que tenemos de comunidad, este enlace de afectos, más íntimo en torno a la mesa, a la cocina, tiene que ver con el trabajo y con la fuerza resistente de las mujeres”, enfatizó el narrador mexicano durante la presentación de la novela, en el contexto de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
- Te recomendamos "La reflexión no es un ejercicio de popularidad": José Luis Martínez S. FIL
Durante una conversación con la escritora y promotora Paola Tinoco, junto al director editorial de la división literaria y bolsillo de Penguin Random House México, Andrés Ramírez, reconoció que si bien el personaje principal de la historia, Diego González, se parece bastante a él, porque “le gusta hacer documentales, yo escribo crónicas, tiene más o menos mi misma edad, ha pasado por situaciones que son muy similares a las mías y sus demonios tienen que ver con los míos.
Foto: Fernando Carranza
“Hay otro personaje, un productor de cine, que se llama Jauma, un catalán que ha producido películas en México, quien sin saberlo del todo se ha metido en negocios muy limpios en épocas confusas de la cinematografía de México. El personaje es bastante ambivalente, pero todos sabemos que los diablos, para hacer su trabajo, por momentos tienen que ser muy simpáticos: suelen ser seductores, te proponen cosas muy buenas y hasta te ayudan a hacer cosas positivas”.
Y con este productor siente una mayor afinidad debido a que “en una sociedad tan descompuesta como la nuestra, en ocasiones quien más te puede ayudar es esa persona que consideras tu rival, tu oponente”, porque al final de trata de una persona que casi te ha perseguido, conoce virtudes, pero también defectos, que está del otro lado, pero que empieza a padecer lo mismo que tú y esa posibilidad de unión de opuestos tiene que ver con los temas de la novela”, en palabras de Juan Villoro.
yhc