En 2005, en la escena literaria apareció el volumen de cuentos Vietnam, de Mariño González, un título que se mantiene vigente no solo por las reediciones, sino por el diálogo sostenido con las nuevas generaciones de lectores.
“Me reconozco bastante con el autor que fui en ese momento escribiendo su primer libro de relatos, con los temas que tenía a la mano, aprovechando la lectura que hacía en sus años veinte. Me siguen gustando y conmoviendo, quizá porque no ha dejado de encontrar nuevos lectores”.
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Para conmemorar los 15 años del lanzamiento del libro, aun cuando ya son 16, Ediciones Arlequín publicó una edición conmemorativa, con prólogo de Antonio Ortuño, quien ha sido su cómplice en el mundo de la escritura desde los años en que compartían experiencias en el periodismo cultural.
“No sé si sea más rebelde, pero sí estoy más seguro de esa rebeldía y del sentido que tiene, y hacia dónde enfocar las luchas, porque no todo es dinamita y explosión. Obviamente, he intentado trabajar a través de la música o de todo lo que se atraviese, de darle un nivel discursivo a esta rebeldía para tocar los temas que interesan, sostener las conversaciones que me importan, con un ánimo contestario, pero más reflexivo”.
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En unos minutos de “paz y tranquilidad” —si acaso existen en la vida de Mariño González como coordinador de Prensa de la FIL Guadalajara— cuenta a MILENIO de la necesidad de mantener la discusión sobre los grandes problemas que nos aquejan como seres humanos, muchos de ellos agravándose, como las migraciones, todo un asunto en el ámbito mundial, no solo en nuestra región.
“Pero también están las violencias y las desapariciones, porque es terrible que sigan existiendo los crímenes de odio, los feminicidios: todos son temas que me preocupan y ya no los trabajo tanto desde la explosión”.
Presentado la noche del viernes como parte del programa de la FIL Guadalajara, cuenta con lo que Mariño González llama un preludio a manera de historieta, realizado por Ezequiel Cruz, para reflejar una de las características de los cuentos: historias divertidas, “porque la mejor forma de llevar una idea contestataria es dándole cierto sentido y empatía con la gente”.