Martín Solares presentó su tercera novela Catorce colmillos, en compañía de Antonio Ortuño y el monero Trino, en una surrealista charla en la que se habló de Tamaulipas, moneros y mineros.
“Una semana muy oscura de 1927 un hombre es asesinado en extrañas circunstancias y su cuerpo aparece en un callejón de París, con extrañas marcas en su cuello que no se puede atribuir a ningún arma”, se lee en la contraportada del libro.
El inspector Le Noir de la Brigada Nocturna, especializada en crímenes difíciles de resolver, por su curiosa red de informantes migrantes ilegales, millonarios respetables, y seres de otro mundo. El detective deberá infiltrase en el círculo de artistas de vanguardia como Tristán Tzara, André Bretón y Man Ray, todos sospechosos, porque tienen algo que esconder.
Antonio Ortuño quien presentó tanto a Martín Solares como su libro Catorce colmillos como una novela que más que policiaca es dantesca, “en la que aparecen seres monstruosos como vampiros y fantasmas, así como seres más abominables que son los poetas y los artistas. Es un libro que aborda todos los géneros como novela negra, policiaca, la crónica”, “el gastronómico, también tengo recetas”, interrumpió el autor. “Es un libro que se lee con felicidad, porque se escribió con felicidad”, añadió el presentador.
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“Es la novela más dolorosa, la que me ha procurado más sufrimiento, tardes de dolor de estómago… por tanta risa. En realidad, me costaba escribir sobre París, me daba terror, porque me recuerda mis años de estudiante en los que la policía me detuvo y me encañonó con un arma, quizá porque tengo un doble terrorista. A mí me gusta la novela, porque es el único espacio en el que nos es legítimo desear que el mundo sea mejor”, recuerda el escritor.
Sobre sus textos Los minutos negros y No manden flores, dos novelas enmarcadas en la violencia, cuenta que “me sorprendió la violencia que había en México, en especial en Tamaulipas, lo leía en todas partes, mis conocidos me contaban cosas aterradoras, por lo que el tema ocupo mi mente y mis pesadillas y tuve que interrumpir la novela sobre París”.
A mitad de la presentación llegó Trino, el monero, completamente empapado, quien se expresó humorísticamente acerca del autor, como un escritor muy malo “al que no deben leer, porque sus libros son muy interesantes. Si lo leen, se lo van a pasar muy bien, porque en las redes sociales, sólo está la gente que busca como estar chingando a otros. Además, si los recomiendo, van a decir que me pagaron y se van a quejar de que se los recomendé”.
El novelista explicó de que un escritor debe provocar las preguntas: “Y ahora ¿qué va a pasar? Y ¿cómo me lo van a contar? Y para quienes gusten de estos personajes, debo admitir que a mí me agradaron y no debemos despedirnos de ellos, porque estoy preparando una trilogía en donde aparezcan otros surrealistas como Pablo Picasso y Bretón”.
MC