Miguel Bosé dice que tiene la memoria intacta, así lo demuestra al escribir un libro tan detallado de su vida. Una vida extraordinaria y llena de privilegios, de los que, advierte, vienen cargados de maldiciones.
En un tono anecdótico, Bosé nos adentra en las 480 páginas de El Hijo del Capitán Trueno, en sus alegrías, sufrimientos, algunos de sus padecimientos y su círculo de amistades.
—Hacia el final del libro dices, creo que con mucha razón, que "la vida es lo que uno recuerda, no exactamente lo que fue". En este ejercicio, ¿te sorprendió tu vida?—
¿Sabes qué me sorprendió?, mi memoria sensorial porque me di cuenta que más allá de los hechos que recordaba, estaba el detalle. Hay mucho detalle y eso, según fui describiendo, iba apareciendo y me apasionó, me enganchó mucho y entendí que además ése era uno de los factores de identidad de la escritura que ofrezco.
Es muy impresionante la cantidad de detalle, Miguel.
Mucho.
De repente recuerdas detalles muy particulares, te iba a preguntar, ¿Nunca escribiste un diario como tal? ¿Hablaste con familia que en ese momento estaba? o ¿solo fue ese ejercicio de memoria?
Hubo dos fuentes: una la propia, cómo recordaba yo aquellas cosas, es verdad que en los momentos cuando estoy solo con otra persona era lógico, pero en los momentos que eran compartidos, fui a otras fuentes para ver si de alguna manera me enriquecían el relato. ¡No creas eh! Eran cosas que ni iban a tener más trascendencia, entonces, no te puedes imaginar lo ínfimo del detalle al que he podido acceder…
No, pues lo leí, ahora una vez más, es tu recuerdo, a lo mejor no era de ese color el piso...
A ver, me temo que todo es bastante fiel y hay un proceso, me sucedió una cosa hace dos años que en efecto corroboró que mi memoria estaba fresca y seguía intacta y fue, una visita después del incendio que abre a la casa de Villa Paz, a la cual no había vuelto desde hacía 50 y pico años, ¿vale? Y nada más llegara la casa, iba con los productores y la propietaria dijo: “les doy una vuelta por la casa, os la enseño” y dije “no, se la enseño yo," entonces paso a paso, puerta a puerta, escalón a escalón, de rincón a rincón fui diciéndoles, o preanunciando lo que íbamos a ver tras aquella puerta lo que iba a pasar.
Y lo sabías…
Lo sabía, la casa es verdad que estaba igual, tal cual: las mismas tapicerías, los mismos muebles. Todo. Lo cual fue muy, muy impresionante.
Ahora este tipo de ejercicios también tienen un parte emocional: tu madre, tu padre, tu tata, es decir, también se trata de eso el ejercicio de la autobiografía, Miguel, ¿Cómo cerrar círculos? ¿Cómo aclarar esas partes emocionales tan importantes para ti ?
Yo creo que las memorias sobre todo deben servir para reconciliar, para apaciguar las cosas pasadas. Entonces es verdad que algo debió pasar hasta el momento de la escritura que en el momento de tener que contarme y contar esas relaciones que a veces serán duras, feas, crueles. Algo debió pasar que a pesar de no haberlas tocado un ápice y haberlas presentado tal y como eran, la sensación que yo tenía era la de estar en paz.
El ejercicio de escribir te sirvió para estar en paz, Miguel.
No, al escribir me di cuenta que ya había solucionado las cosas y si de algo carecen estas memorias, es de rencor. No hay.
—Es reconciliación, también me pareció cuando leí el libro que cuenta una España que a lo mejor quien te oye cantar desde hace muchos años, quien se sabe todas tus canciones, no se imaginan que fue la España del generalísimo, dirían, hay una frase en una de las discusiones que dice “ en este país no hay divorcios” bueno, ése era ese país y también se cuenta ese país de los sesentas tan duro, que el mundo ha querido olvidar esa España, porque la transición como que lo olvidó, pero sí está contado aquí—
La transición lo veló, pero ese espíritu de la Guerra Civil, de ese enfrentamiento fratricida sigue estando muy vigente en España y ahora, con todas estas cosas que han pasado han vuelto a surgir ese enfrentamiento absurdo, visceral, etc. Esa España era terrible, la España del qué dirán, la España de mantener las apariencias…
Que de alguna manera está en el fondo de este libro...
Es ese perfume que todo lo condiciona, todo, porque cualquier gesto, o sea mi padre que aparece como una persona terrible, dura, conservadora, en el fondo yo me di cuenta al cabo del tiempo que era así porque esa España lo obligaba.
En este país no hay divorcios.
No había ni separación. Nadie se separa de Luis Miguel, mi padre en esa España era un Dios: no se le podía llevar la contraria, no se podía debatir, no se podían quitar sus caprichos.
¿Por qué decidiste que el libro terminara el día que empiezas a cantar?
Porque ahí empieza la serie y la serie debe ser visual porque son conciertos, es música, es soundtrack y eso, en un libro cómo escribes la música, cómo describes los conciertos, sí, pero el impacto visual de verlos es mucho mayor, entonces decidí que hasta ahí y que a partir de ahí arrancaría la serie y creo que no me equivoco. Dile a tus amigos, que habrá un libro necesario para acompañar la serie que sale, de todos los secretos que hay detrás de las 60 canciones más importantes de mi vida, ése sale el año que viene.
Ahora, no solo empieza ahí, pero me parece que esa parte de su vida tiene una riqueza que desconocíamos, todos sabíamos quien era tu madre, quien era tu padre, nos hemos formado oyéndote, pero no tenía esta riqueza y supongo que es algo que querías contar también, la riqueza de dónde te formaste antes de cantar en el retiro ese día.
¿Por qué Miguel Bosé es Miguel Bosé? ¿por qué? Ahí están las razones, ahí están las raíces, pero también están cosas, porque todo lo que está en este libro es inédito, de esto no se sabe nada, como también se desconoce el Pablo Picasso.
Ese Pablo tierno, ese Pablo humano, es un Pablo Picasso que la cinematografía o literatura no ha contado o ha contado poco, entonces qué relación tienen estos dos, y dice ella, solo ellos dos la saben.
Porque así es...
Sí, solo ellos la saben, entonces cuando me pongo a contar estas historias, son inéditas, nadie lo conoce.
¿Te cayó bien, decimos los mexicanos, este Miguel Bosé cuando acabaste el libro?
Carlos, este todavía no era Miguel Bosé.
¿Este Miguel te cayó bien?
El Miguelito, sí, aquí está, me gustó.
Yo te iba a decir, es un libro lleno de amor, tú decías: "es un libro sin rencores".
Son memorias bellas, son memorias duras, sobre todo los lectores, los primeros que he tenido me dicen 'son muy bellas, pero muy duras, pero hay mucha poética dentro de ello'.
Yo creo que como tú hubieras notado y que es lo que yo (…) era mi intención no hay revancha, no te la guardo.
JLMR