Jazz en el Foro FIL: música para sanear la mente

Mabe Fratti y Angelika Niescier llenaron la velada musical de experimentación con el violoncello y el saxofón.

Mabe Fratti y Angelika Niescier en el escenario del Foro FIL. (Foto: Ariel Ojeda)
Guadalajara /

Cuando la nota aguda del saxofón abrazó la vibración lúgubre del violonchelo, emanó un sonido a ratos frenético, a ratos taciturno, que, más que incitar al baile, alborotó las ideas y paulatinamente las saneó.

Mabe Fratti (cello) y Angelika Niescier (saxofón), aliadas gracias al Goethe-Institut, institución que las reunió hace tiempo, se presentaron en la tercera noche del Foro FIL, apartado musical de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2023.

Armadas solo con sus instrumentos, las artistas cerraron la velada dedicada al jazz europeo contemporáneo, que abrió Sketchbook Quartet, cuarteto austríaco que con su “mezcla poco ortodoxa de géneros que resultan en una forma de jazz sui géneris”, como el ensamble define su quehacer musical, provocó sendos aplausos entre los cientos de escuchas que llenaron la explanada de la Expo Guadalajara.

Angelika asombró con su virtuosismo, que le ha valido premios de prestigio como el WDR Jazzpreis y el Albert-Mangelsdorff, además de llevarla a ser la primera improvisadora residente en Moers. Mientras que Mabe explicó sonoramente la razón de ser considerada una referente latinoamericana de las nuevas tendencias experimentales.

Angelika Niescier (saxofón) y Mabe Fratti (cello). (Foto: Ariel Ojeda)
La saxofonista (Foto: Ariel Ojeda)

Entre ambas la sinergia fue evidente: por momentos Fratti bajó las vibraciones de su instrumento para que Niescier pudiera figurar con su improvisación estrambótica. Y ocasionalmente la saxofonista generó un tenue sonido que la violonchelista contrastó con notas pesadas, hermanadas con los latidos de un corazón.

Y cuando sonaron juntas, primero invocaron a la locura con latigazos de aturdimiento –esto atenuado con las luces tipo estrobo– y posteriormente, valiéndose del silencio, daban espacio a la calma, a un ambiente para refractar la mente.

Entre aplausos, Mabe y Angelika se despidieron y, sin prometer una próxima presentación juntas, dejaron a los escuchas entre la catarsis y el goce. Una noche de jazz que, en su más de una hora de duración y gracias a los dos proyectos que jugaron con el frenesí y el silencio, liberó tensiones.

Foto: Ariel Ojeda
Foto: Ariel Ojeda


ÁSS

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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