Rosa Beltrán y los cambios en México en los últimos 60 años

¿Qué hace falta para vivir una vida excepcional? En Radicales libres, su novela más reciente, la escritora mexicana vuelve la mirada a un México que parece otro país.

Rosa Beltrán, escritora | Especial
Ángel Soto
Ciudad de México /

Creció en Tlalpan, al sur de Ciudad de México. Supo, desde muy pequeña, que dedicaría su vida a la literatura. Publicó su primer libro de cuentos en 1984 y en 1995 ganó el Premio Planeta por La corte de los ilusos, una tragicomedia histórica donde reinventa la vida y la muerte de Agustín de Iturbide.

Rosa Beltrán (1960) es una autora de proyectos ambiciosos. En Radicales libres, su novela más reciente, vuelve la mirada sesenta años atrás para hilar una historia que involucra a tres generaciones y que transcurre a lo largo de varias décadas tan inestables como esas moléculas de oxígeno que denotan el paso del tiempo en los seres humanos.

“México cambió de forma tan radical en las últimas décadas, que parece que vivimos en distintos países”, cuenta en entrevista. “El recorrido de la novela habla de cambios extraordinarios, empezando con el 68; y todos los intersticios corresponden a momentos clave: el Halconazo, las utopías socialistas de los setenta, la caída del Muro de Berlín, la época de Thatcher y de Reagan, la aparición del internet, que nos cambió la existencia”.

Con el cambio de siglo se instaló otra circunstancia determinante para las aspiraciones literarias de Beltrán: la imposición de la narrativa de la violencia. “Vivir dentro de esa historia se volvió insoportable. No es que no existiera violencia en otros momentos, pero no era el tema recurrente”.

Como en una sucesión de fichas de dominó, la violencia avivó la necesidad de partir. “Quería contar esos dos Méxicos en los que estamos divididos, el de las migraciones, el de los que se van y el de quienes nos quedamos. Siempre ha habido migrantes mexicanos y sudamericanos, pero no como ahora. Por otra parte, quería responder: los que nos quedamos, ¿por qué nos quedamos? Tenía que haber una razón poderosa que sólo podía explicar la literatura”.

¿Cómo llegamos hasta aquí? Esta es la pregunta clave que la escritora buscaba responder. “Nos faltan esos lugares a los cuales acudir cuando queremos explicar la consecuencia de lo que ha venido años después”, concluye.

​bgpa

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