Flor Garduño (Ciudad de México, 1957), la fotógrafa que ha registrado a las comunidades indígenas no sólo de México, sino en Estados Unidos y Guatemala, se siente satisfecha de sus logros, en el Día Internacional de la Mujer.
En entrevista con MILENIO, dice que ser fotógrafa no es fácil, porque a los hombres no les encanta que una mujer tenga éxito: ser una persona afirmada representa un problema para el género masculino.
“Por eso hay que estar segura de lo que una prefiere; sin pertenecer a grupos o asociaciones he sido muy feliz siendo fotógrafa, tomando fotos que requieren otro tipo de atención y de sensibilidad”.
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Y pone el ejemplo de uno de sus viajes a Guatemala, donde los paramilitares la pararon varias veces, y por ser “una triste mujer” le permitían el paso sin pedirle su pasaporte; no le hubiese sucedido lo mismo a un fotógrafo. “Si no fuera mujer no hubiera podido hacer muchas fotos que tengo”.
Está muy contenta porque este miércoles inauguró la exposición Flor Garduño. Senderos de vida en el área de murales del Museo del Palacio de Bellas Artes, el máximo recinto cultural de este país, donde presenta 32 joyas y 114 fotografías, la mayoría inéditas, tomadas a lo largo de cuatro décadas.
Garduño, que cuenta con más de 30 exposiciones individuales y unas 100 exhibiciones colectivas en el mundo, siempre incansable y con proyectos en puerta, opina que las manifestaciones feministas como la de este viernes, son necesarias para un verdadero cambio.
“Esas marchas deberían de ser todos los días, lo que no me gusta es la agresión, no estoy de acuerdo en que infiltrados vandalicen los monumentos, por eso nos tachan de salvajes y retrógradas. Es necesario que como mujeres vayamos por lo que queremos sin pedir permiso, pero sin pasar por encima de nadie”.
Su propia rúbrica
Flor Garduño se deslinda de las maternidades adjudicadas a su formación como documentalista, sin embargo, reconoce el impulso recibido de don Manuel Álvarez Bravo, Mariana Yampolsky y el de su maestra Kati Horna, porque ella siempre ha sido capaz de imprimirle a su fotografía, su propia rúbrica.
En la muestra, —la segunda que tiene en el Palacio de Bellas Artes, donde expuso por primera vez en 1992 Testigos del tiempo, proyecto que itineró por más de 40 museos en el mundo con mucho éxito—, Garduño comparte con el público, fotografías que estuvieron en su cajón durante 45 años, todo una odisea de experiencias que se compilará en el libro Senderos de vida, con 180 fotos.
Refiere que de cada una de esas imágenes podrían contar relatos sorprendentes.
“Hay una foto con una historia muy curiosa: yo soy una guadalupana intelectual, no soy cristiana, ni católica ni nada, pero tengo a mi San Juditas y a la Virgen de Guadalupe con su respectiva velita. En una ocasión tenía una muestra muy grande y un coleccionista quería comprar cuatro fotos, yo estaba trabajando hasta San Fe; cuando regresaba, había una cola inmensa de carros que bajaban de las barrancas, un lugar bastante peligroso, y había tantos carros que definitivamente apagué el motor del auto diciendo: ‘San Juditas ahorita que llegue a Tepoztlán te prendo tu velita’, de repente volteo la cara 45 grados y veo junto a mí la imagen de ese santo de 2.5 metros de altura, pintada en una puerta, dos días después regresé a tomarle una foto, y también me encontré un San Juditas de bulto, de 1.50 metros de altura. Paré el tráfico de arriba y de abajo para poder captar esas increíbles imágenes”.
Caras importantes
Garduño ya trabaja en un libro que tendrá los retratos de las personas que admira, que la ayudaron y que orientaron su vida.
“Gracias a cada uno de ellos seguí por este camino, por eso quiero hacer este libro con las imágenes de: Arnold Belkin, quien me recomendó con don Manuel Álvarez Bravo; mi maestra, Katy Horna; Mariana Yampolsky, con quien compartía nuestro amor por las artesanías. Francisco Toledo tendrá un capítulo porque fue una de las personas que más me ayudó en mi carrera, me impulsó con mi primer libro, Magias del juego eterno”.
La exposición Flor Garduño. Senderos de vida, en el Palacio de Bellas Artes se podrá visitar hasta el 2 de junio.
MGR