Francisco Toledo se muestra orgulloso de su sangre negra

“Toda la riqueza de Europa se debe a la esclavitud, a todo el saqueo que hicieron”, dice en entrevista el pintor oaxaqueño.

El artista, que ha realizado más de 200 autorretratos, presentará "De África vengo", donde él es el modelo.
México /

En la búsqueda por conocer su composición genética, Francisco Benjamín López Toledo (México, 1940) mandó a hacerse unos análisis a Estados Unidos para salir de dudas sobre algo que ya sospechaba. Los resultados fueron que en su sangre corre un 15 por ciento de raíces negras.

Con esta certeza científica, que intuía al ver a sus familiares con cabello crespo y chino, con tonos de piel cobriza, decidió autorretratarse como un negro en el cuadro De África vengo. Para beneplácito de sus seguidores, la obra forma parte de la exposición Naa Pia’ Yo mismo, que será inaugurada hoy en el Galería Juan Martín, aunque sin la presencia del artista juchiteco.

“Me dio mucho gusto saber que tengo sangre negra. La gente de Istmo, de Juchitán, es una mezcla de razas, y en nuestra familia hay un gran porcentaje de sangre negra. Yo quería confirmar lo que ya sabía, porque las características físicas de muchos de mis familiares son de negros: a las mujeres se le identifica por las nalgas, a otros por los pies tan grandes o por sus huesos tan largos. Los resultados de los estudios que me hice por curiosidad, dieron que tengo también algo de indio y un poco de europeo”, detalla en entrevista con MILENIO el artista visual.

También motivó a Toledo el hecho de que venía realizando cuadros sobre la esclavitud, tema que, dice, no se ha tratado mucho en México.

“Creo que uno de los grandes crímenes de la humanidad es la trata de esclavos. Toda la riqueza de Europa se debe a la esclavitud, a todo el saqueo que hicieron los europeos, que transportaron a millones de personas de África a América para los ingenios azucareros. Yo había realizado material para hacer una serie sobre la esclavitud, porque quisiera que se hablara más en México de qué tanto nuestro país le debe a los negros”, comenta el también activista social, vía telefónica.

Esos son nuestros orígenes, asegura Toledo, pero no se mencionan, siempre se hacen a un lado, como si nos diera vengüenza tener esta sangre, solo se enaltece la sangre india, la raza de bronce, asegura.

Sobre el autorretrato De África vengo, Toledo explica que se representa con discos en la boca, como los llevan algunas mujeres africanas, ya que deformarse es un sinónimo de belleza.

Los autorretratos se multiplican solitos, indica el artista, en parte porque pintar con modelos muchas veces le resulta molesto, entonces termina representándose.

“No sé por qué he hecho tantos autorretratos, más de 200… Siempre he querido dibujar con modelos, pero cuando los tengo me inhiben, me molesta la cercanía, si habla o si no habla, siempre termino echándolos y me quedo solito, entonces yo tengo que ser mi propio modelo”.

La exposición Naa Pia’ que en español significa Yo mismo, presenta a Toledo en diferentes momentos y circunstancias. Así, el espectador podrá verlo de cuerpo entero, dibujado con frijoles saltarines, cantando y hasta boxeando.

Toledo canta y canta muy bien. Para hablar del título de uno de sus cuadros, se le nota contento y se escucha su voz entonada: “Hay una canción que dice: ‘¡quisiera llorar, quisiera morir de sentimientoooo!’, que me inspiró. Por eso a mi autorretrato lo titulé: Quisiera llorar de sentimiento, creo que en ese momento estaba triste, no lo sé”.

Al hablar de otra de sus obras recuerda que fue en París donde escuchó hablar de los frijoles saltarines. “Yo no sabía qué era eso de los frijoles saltarines, ni que existían, hasta que leí que el escritor surrealista André Bretón (Francia 1896-1966) los llevó de México a Francia porque estaba maravillado que los frijoles brincaran. Los mostró y a alguien se le ocurrió abrirlos, entonces descubrió lo que tenían adentro: un gusano y eso hacía que brincaran. Entonces él se molestó mucho porque dijo: los secretos no se pueden revelar”.

En otro de los cuadros, aparece con unos guantes de boxeo, en homenaje a Pierre Bonnard (Francia, 1867-1947), por eso lo tituló: Yo como Bonnard también boxeo delante del espejo.

Bonnard, dice Toledo, se pintó un pequeño cuadro frente al espejo boxeando sin camisa, y “como es una obra que me gusta mucho, en homenaje a él me puse los guantes para autorretratarme”.

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

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