Así fue el breve romance de Frida Kahlo y León Trotsky

Tras su llegada a México en 1937, el revolucionario comunista vivió un breve romance con la pintora mexicana. Aquí te contamos cómo se desarrolló.

El romance entre ambos fue breve pero apasionado (Twitter @history_thu_pic).
Ciudad de México /

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, mejor conocida como Frida Kahlo, es una de las artistas mexicanas más importantes y reconocidas a nivel mundial; a pesar de que su trabajo pictórico se gestó hace muchos años, ha trascendido generaciones, que actualmente la tienen como una gran referente del talento nacional. 

Aunque en su vida también vivió momentos turbios que de alguna forma han aderezado su biografía, que ya ha sido retratada en películas y libros. Uno de estos momentos más personales en la vida de la nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, Ciudad de México, fue su breve pero apasionada relación con el revolucionario ruso León Trotsky.

A propósito de la conmemoración por el que sería su cumpleaños 113, a continuación te contamos cómo fue este idilio amoroso.

Llegada de Trotsky a México

Tras la muerte de Vladimir Lenin en 1924, la en ese entonces Unión Soviética experimentó una lucha de poder entre dos de los hombres más importantes del  Partido Comunista: León Trostky y Josef Stalin. Tras la imposición del segundo, Trostky se vio obligado a huir del país para mantener su vida. 

El eco de su exilio llegó a territorio mexicano, donde intelectuales como Diego Rivera y Octavio Paz, ambos parte de la Liga Comunista Internacionalista, abogaron por su asilo en el país frente al presidente Lázaro Cárdenas. Tras una negociación rápida, el mandatario dio el visto bueno.

"Lo único que se exigía era que los trotskistas mexicanos se abstuvieran de 'organizar manifestaciones que pudiesen provocar choques con elementos hostiles al señor Trotsky'. La noticia corrió como pólvora. El nombre del presidente mexicano sonó en todo el mundo", señala el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) sobre este suceso.


Así fue como el líder ruso y su esposa, Natalia Sedova, desembarcaron en el puerto de Tampico el 9 de enero de 1937. Su llegada fue recibida por los artistas Diego Rivera y Frida Kahlo, quienes los hospedaron en su casa de Coyoacán, la llamada 'Casa Azul'.

Frida Kahlo y Trotsky 

Un autorretrato. Éste fue el elemento que para muchos investigadores marca el inicio del romance entre el intelectual y la artista; la teoría dice que Frida le regaló un cuadro de este tipo a Trotsky, quien lo colocó en su lugar de trabajo. A partir de entonces, ya sea por venganza a Diego Rivera, quien le había sido infiel a Frida con su hermana, Cristina, o por el entendimiento entre ambos creativos, inició el breve pero apasionado amorío. 

"Trotsky se enamora inmediatamente de Frida porque cuando baja del barco ella tiene un perfume que él reconoce porque ya lo olió y que era muy conocido en los años 30, que es Shocking de Schiaparelli; el frasco es muy conocido y fue dibujado por Leonor Fini (...) De repente ve una joven mujer que nunca había visto antes, que es como una diosa azteca, y que lleva el perfume de Schiaparelli", contó en una entrevista el escritor Gérard de Cortanze, autor de Los amantes de Coyoacán (2015), sobre cómo emergió la atracción de Trotsky por Frida.

Durante los casi dos años que el ruso vivió en casa de Frida y Diego, el romance fue apasionado, aspecto que quedó registrado en las cartas que ambos intercambiaron, hasta que Diego se dio cuenta del engaño y obligó al revolucionario a salir de la casa. 

Fragmento de carta de Trotsky a Frida

“Frida, amada,

Al contemplar esta noche tu rostro de cervatillo he descubierto que jamás conseguiré hacerte a un lado de mi cabeza, no se diga de mi corazón. Arde mi sangre como una lámpara votiva al lado de mi mesa, y es como un cerrojo (parte ilegible en el original) una noche en Coyoacán. Dejo este papel debajo de tu puerta. Y debo volver a aclarar que no hubo diferencias entre nosotros. Ni la espina dorsal abre un surco insalvable en los hemisferios de una espalda. Me cuesta precisar en cualquier caso, tal vez por mi alma eslava, si ese espacio abierto entre nosotros podrá cerrarse y cicatrizar.

Te amé desde siempre y a escondidas. Me encontraba dueño de un juego de principios en los que me arrellanaba como un castor, y esquivaba el fantasma de tu bigote, tu porte de soldadera y esa sed de besos capaz de (parte ilegible en el original).

He pagado con creces ese acto de soberbia, el hacerte mía. Yo viví una de esas desafortunadas juventudes, y a tu lado he volado como el pájaro que vuela por el solo placer de volar, Frida (parte ilegible en el original) allí donde se supone que se enciende el fuego originario, pronto fueron rumores.

Muerte de Trotsky

Entonces, según cuenta el INEHRM, Trotsky se mudó "a la calle de Viena, en el mismo barrio de Coyoacán. Pero nada salvaría al ideólogo comunista de los planes que los enemigos tenían para él, pues, aunque lejos de la URSS, la idea de eliminarlo seguía vigente, es decir, había una orden del propio José Stalin para asesinar a quien calificaba de traidor". 

"Finalmente, luego de tanta persecución, acoso y ataques por parte del régimen soviético, Trotsky falleció el 21 de agosto de 1940 en la Ciudad de México", señala la institución sobre el final del revolucionario ruso a manos del comunista catalán Ramón Mercader, quien fue aprehendido tras el asesinato e internado en el Lecumberri.

 

yhc​

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