Gaitán pregunta /I

Teatro

Lo que resulta bastante autodestructivo es, paradójicamente, que el estallamiento del canon suele ir acompañado de la descalificación de lo anterior.

Cierto es que nos hemos llenado en los últimos 20 años de preguntas sobre los límites, fronteras y los más allá del teatro. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

David Gaitán es de los creadores escénicos jóvenes de México que siempre te pone de cabeza como espectador especializado. Se puede uno desconcertar, maravillar o enfadar, pero lo único que no provoca es indiferencia. La ceguera no es un trampolín es un trabajo de metateatralidad y reflexión sobre el quehacer escénico que debía hacerse con urgencia. Al finalizar el siglo XX, con rezago en México que sigue aspirando artísticamente al eurocentrismo, buena parte de teatristas se fascinaron con nuevas filosofías, dispositivos, abordajes y contenedores escénicos que, amén de lo estético, buscaban derrocar al que llamaron teatro hegemónico. Es raro porque las novedades y experimentaciones teatrales nunca han carecido de apoyos y espacios, y han sido ampliamente alentadas. Para mí, pelea que tiene que ver más con lo económico, con quién y cómo se reparte el pastel de presupuesto y espacios escénicos, que con el territorio refrescante y controversial de las ideas. ¡Y qué duda cabe, que las hay en abundancia, las ideas! Me ha tocado en suerte ser el editor de las más avanzadas, de hecho.

Cierto es que nos hemos llenado en los últimos 20 años de preguntas sobre los límites, fronteras y los más allá del teatro; eso es estupendo. Lo que resulta bastante autodestructivo es, paradójicamente, que el estallamiento del canon suele ir acompañado de la descalificación de lo anterior. Se inocula, incluso, desde ciertas aulas a los estudiantes para que huyan del “teatro-teatro” como si fuera una peste. ¿No se trataba de ensanchar el teatro? ¿No deberíamos estar dichosos por que se expandieron los límites y que se pueden inaugurar nuevas narrativas? ¿Por qué existe la descalificación y el miedo de la coexistencia de distintas formas de hacer teatro? David Gaitán se centra primordialmente en el espinoso tema de la pertinencia de la ficción versus la demolición y ausencia de la ficción, empujándonos a un vértigo donde pareciera que la “maldita ficción” es difícil de eludir, tema que tienen muy claro los neurocientíficos que hablan de ella.

TRASPUNTE

MUNDO DE IDEAS

Harif Ovalle, Michelle Betancourt y Raúl Villegas encaran estas preguntas prestando el cuerpo —junto con un nutrido de jóvenes que son un “Mundo de ideas”— a esta creación de Gaitán. Hasta el 7 de diciembre en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón en el CCU de la UNAM.

LAS MÁS VISTAS