Con combustible salido de Tampico se ganó la Primera Guerra Mundial

Empresarios del puerto pidieron a los dueños de El Águila que instalaran la refinería en Tamaulipas y les ofrecieron facilidades, luego de que se vino abajo su interés por hacerlo en San Luis Potosí

Con combustible salido de Tampico se ganó la Primera Guerra Mundial
Pablo Reyes
Tamaulipas /

La refinería que hoy conocemos como “Francisco I. Madero”, fue la única sobreviviente de la región luego de la expropiación petrolera en la que Pemex tomó el control en el manejo de los combustibles, dada su ubicación estratégica y capacidad.

Esto significó el desarrollo económico y de vivienda que permitió la conformación del Ciudad Madero de la actualidad, antes Villa Cecilia, pero fue tan importante, que se ganó la primera Guerra Mundial con el combustible salido del municipio de Tampico.

La historia de la refinería inició con el descubrimiento del petróleo en lo que se le llamó la Faja de Oro.


Fue en 1904 que se detectó el primer pozo petrolero en la región específicamente en Ébano, San Luis Potosí y por ser puerto ya había llegado una refinería, así es como inició el auge petrolero.

En el tema del combustible las personas todavía no sabían las dimensiones económicas que esto iba a traer y su potencial, porque unos años antes toda energía provenía del carbón.

Todavía no se descubrían los pozos petroleros, pero cuando lo hicieron, se vieron en la necesidad de tener una refinería en la región.

Es así como llegó la compañía El Águila, una empresa petrolera creada por los ingenieros e inversionistas británicos Weetman Pearson y James Hyslop en 1908. Comenzaron la búsqueda del terreno para instalar una refinería.

El historiador en Tampico, Francisco Ramos Alcocer, platicó que fue un caso muy curioso, porque los dueños de El Águila no la iban a poner en Tampico, se iba a instalar en San Luis Potosí, entonces los directivos de la empresa llegaron para hablar con el gobernador de ese estado, pero este les pidió dinero a cambio, es así como los directivos de la compañía se fueron disgustados, porque a ellos no se les puede pedir “moche”, prácticamente lo consideraron como un insulto.

Al retirarse muy molestos, tenían que pasar por Tampico para irse de la zona y en ese momento fueron interceptados por comerciantes del puerto, que estaban en ese entonces en la Cámara Nacional de Comercio y hablaron con ellos.

Les pidieron que instalaran la refinería en Tamaulipas y les ofrecieron facilidades.

“Fueron convenios del principio del siglo XX, no sabían el poder económico de lo que representaba el combustible”.

Fue en 1913 cuando la compañía El Águila también conocida por su nombre inglés como “Mexican Eagle Petroleum Corporation” decidió entablar negociaciones y lo que no se pudo hacer en San Luis Potosí, se hizo en Tampico.

Hay que recordar que en ese entonces, todavía no era nombrada Villa Cecilia, que después pasó al nombre de Ciudad Madero. Las autoridades les dieron un terreno en una zona totalmente despoblada (que es donde se ubica actualmente), no había viviendas y mucho menos carreteras o caminos.

Era un lugar de lo más alejado de Tampico. “Un terreno grandísimo, nadie vivía ahí y ¿Qué pasa cuando ponen una empresa en un lugar donde no hay nada? Empezaron a llegar los trabajadores con sus familias a invadir, después los que tenían terrenos empezaron a fraccionar y a venderlos para sacar dinero. Una vez que ya operaba la refinería El Águila, comenzaron a exportar el combustible a su nación que es Inglaterra cuando hicieron la transición de la tecnología de carbón a combustible.

Para esas fechas ya estaba la Primera Guerra Mundial, entonces esta se ganó con el combustible que salió de Tampico, “Así de importante es la refinería de nuestra zona”, confirmó el historiador Francisco Ramos.

Así fue como después llegó la expropiación petrolera en México, un acto de nacionalización de la industria realizado en el año de 1938, mediante el decreto anunciado el 18 de marzo por el presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Es cuando aparece Pemex y comienza a descartar los centros refinadores que ya no sirven, fraccionan todos esos terrenos para venderlos y que se hicieran más casas.

La única refinería que sobrevivió por su capacidad y posición estratégica fue la del Águila, que después cambió de nombre por órdenes de Lázaro Cárdenas a “Francisco I. Madero”, que es como se le conoce hoy en día.

VLSS

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