Gina Enríquez: “Mi mero mole es la metafísica y ‘Joker’ me hizo llorar”

Lado B

La compositora y directora de orquesta plantea que las mujeres deben atreverse más para ocupar lugares acaparados por hombres y expresa su preocupación por la degradación de la naturaleza

Estrenó ayer en la sala Elisa Carrillo de Texcoco su nueva pieza sinfónica dedicada al águila real. (Especial)
José Juan de Ávila
Ciudad de México /

La historia de Gina Enríquez tiene similitudes con la de Antonia Brico (1902-1989), la primera mujer que dirigió las orquestas filarmónicas de Berlín y Nueva York hace casi un siglo. Compositora y directora, Enríquez también formó su orquesta femenina; además de feminista, es ambientalista y refleja su defensa de la naturaleza en obras como Marfil, Arrecife, Xunán Kaab y Vuela.

Como los premios Nobel de Literatura J. M. Coetzee y Olga Tokarczuk, sus obras tienen de trasfondo el respeto a la vida animal y el cuidado del planeta.

Marfil está inspirada en un cuadro del británico David Shepherd (El marfil es de ellos). Ahí empezó mi preocupación sobre la vida salvaje y la crueldad con la que se trata a los animales. Después compuse Arrecife, porque veo muchos documentales en Discovery y NatGeo y estoy interesada en la conservación del planeta”, dice la compositora nacida en CdMx en 1954.

“Siempre se me están ocurriendo cosas para cantarle a la tierra, a la vida y a los animales. Ya tengo pensada una obra para el Amazonas, que ha tenido una situación terrible: es súper dramático lo que pasó en Australia, me arrepentí de haber puesto la televisión por el dolor que sentí ante esa cantidad de cadáveres de animales quemados, regados, lloré por días. Ahora quiero hacerle un réquiem a la vida salvaje de Australia, lo merece, lo necesitamos, lo haré en español e inglés”.

Su más reciente obra, Vuela, está inspirada en el águila real, en peligro de extinción y símbolo de México, que estrenó ayer en la sala Elisa Carrillo de Texcoco, con la participación de tres mujeres: en la batuta, Gabriela Díaz Alatriste; la mezzosoprano Grace Echauri y la poeta Ruth García.

¿Por qué una directora tiene un negocio de fertilizantes?

Me invitó mi hermana, me pareció maravilloso porque ahí también está mi interés por la conservación. Me platicó lo que hace la fertilización orgánica, la fibra de coco es extraordinaria, fortalece y vigoriza la tierra de manera impresionante, y me encantó. La planta está en Tecpan de Galeana, en Guerrero. Con ello financio mis obras y puedo componer lo que se me antoja.

¿Tecpan? Le gustan las emociones fuertes, entonces.

Casi no voy, mi hermana es la que va más con los biotecnólogos; ella es la ejecutiva, yo trabajo en cuestiones más administrativas.

¿Qué está leyendo? «Estoy leyendo mucho a Eckhart Tolle, llevo tres libros suyos, el último es ‘El poder del ahora’, metafísica pura». (Especial)

En México hay muchas compositoras, pero apenas un puñado directoras de orquesta. Y menos quienes tienen ambas facetas. ¿A qué lo atribuye?

Desde luego las políticas han cambiado, hay mayor inclusión. Pero lo que falta es la mentalidad: empezando por nosotras, el vernos las mujeres con más creatividad, con más empuje, con más atrevimiento para meternos en áreas ocupadas por hombres por tradición. Las mujeres todavía no nos atrevemos a ser más atrevidas. Marin Alsop es extraordinaria, debería estar en los rankings de la Deutsche Grammophon, igual que la Sinfónica de Baltimore dirigida por ella.

Después de ver De Dirigent (2018) la biopic de Brico de la cineasta Maria Peters, ¿a qué atribuye el conservadurismo en la música orquestal para que haya mujeres directoras?

Es un mundo muy cerrado. Insisto, nos falta atrevimiento. Si lo logramos Gabriela Díaz Alatriste, Alondra de la Parra y yo. Necesitamos atrevernos más y convencer más de nuestra capacidad. Sí hay resistencia en orquestas, y me atrevo a decir que no solo de hombres, también de las mujeres que se niegan a tener a otra en el pódium. Pero es cuestión de costumbre.

Justo Elim Chan contó que para ella fue natural llegar a ser directora porque desde niña veía a Yip Win-see al frente de la Filarmónica de Hong Kong.

Eso es muy importante: acostumbrar a los músicos y al público a ver a una mujer; por ahí se empieza, por la juventud, es pieza fundamental que en las orquestas juveniles haya más mujeres, más directoras. Trabajé en el primer programa pionero de orquestas y coros juveniles que fundó Fernando Lozano, y habíamos dos directoras nada más. Ya he formado directoras, como María Antonia González, ahora al frente de la Sinfónica de la Universidad Autónoma de Tampico.

A usted ¿qué le gusta leer?

Me gusta leer sobre metafísica, es mi mero mole, y sobre religiones, hinduismo, budismo, que tienen una base metafísica muy fuerte. También sobre psicología, pues la conducta humana es lo que está ocasionando todos los problemas del planeta; la falta de conexión y de espiritualidad en el ser humano es lo que está fallando.

¿Le gusta la pintura?

Sí. Ahora me están invitando a componer una obra basada en Leonora Carrington.

¿A quién admira ahora?

A Joaquin Phoenix. Admiro mucho su trabajo actoral, en particular por lo que hizo en Guasón. Su discurso al recibir el Oscar me hizo llorar. Estoy muy admirada y agradecida con este hombre.


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