Desde hace cerca de cuatro décadas, Guillermo Gómez-Peña empezó a definir su mirada artística, siempre cerca del performance, convencido de que en las artes visuales se encuentran los creadores más críticos, “las criaturas exóticas del arte” cuya función primordial es cuestionar el poder.
“El perfomancero tiene que estar en un proceso constante de reinvención para poder siempre estar en la herida infectada de la sociedad. Nosotros tenemos que reinventar no sólo nuestras temáticas, nuestra visión como artistas en el mundo, sino también la estructura interna de la Pocha”, señaló el artista previo a su presentación con el performance From Madness to Idealism / De la locura al idealismo, como parte del programa del Festival Internacional Cervantino (FIC).
En un encuentro con medios de comunicación, que devino manifiesto del performance, el artista pionero en esta manifestación artística se quejó porque “no estamos en el teatro principal, ni en el programa de mano, pero estamos muy bien en ese lugar haciendo nuestra propia publicidad”.
Y es que llevan dos semanas en la ciudad de Guanajuato, para impartir un taller con 25 artistas, de siete países diferentes, bajo el título “Uroboro: locura, imaginación y éxtasis”, por lo cual reconoció que “gracias a instituciones locales y a la directora del ISSSTE contaban con la infraestructura mínima que merecemos”.
Mientras algunos de los integrantes de La Pocha Nostra, el colectivo que lo acompaña desde 1991, desarrollaban su propio performance al tiempo que hablaba Guillermo Gómez-Peña, en una conferencia que tenía todas las características de ser un acto de performance, el artista aseguró que han sido varios movimientos sociales los que han contribuido al desarrollo de su particular mirada del performance y de la que se produce a través de La Pocha Nostra.
“Los últimos años hemos visto el surgimiento de movimientos anarquistas en todo el mundo, desde la primavera árabe, los movimientos de ocupación, los indignados españoles, el 132 en la CDMX… Ha habido una respuesta ciudadana que utiliza estrategias del performance para responderle al poder”.
Desde la perspectiva de Guillermo Gómez-Peña, lo interesante de esos grupos es que ya no tienen líderes, sino son colectivos descentralizados, fragmentados, donde hay una multiplicidad de líderes, que están surgiendo todos los días en todas las ciudades del mundo.
“Ese modelo lo ha utilizado la Pocha para crear una infraestructura horizontal, donde todas las decisiones estéticas, políticas, de membresía, de imagen pública, las tomamos todos, en diálogo con los artistas locales con los que estamos trabajando. Esa es una lección que aprendimos de los movimientos de los jóvenes de los últimos años”.
From Madness to Idealism / De la locura al idealismo se presentó en el Centro Cultural del ISSSTE, como parte del programa del Festival Internacional Cervantino, en lo que fue la tercera presentación de La Pocha Nostra en la fiesta del espíritu y la sexta con obra, señaló el artista, quien lleva publicados 10 libros y se ha dejado escuchar a partir de un convencimiento: “no hay rebelión sin ideas, transgresión sin argumento”.
ASS