Tanto me gusta la comida libanesa, que sé decir cabrón en árabe: Leticia Morales Bojalil

Entrevista

La artista confiesa su gusto culposo por el reguetón y que le encantan las películas románticas, como ‘Pídele al tiempo que vuelva’.

Asegura que disfruta mucho estar con su familia y mascotas. (Especial)
Puebla /

Apasionada de las artes desde pequeña, Leticia Morales Bojalil (Puebla, 1963) creció entre telas, colores e hilos en la fábrica de textiles de su padre, ahí adquirió el gusto por los negocios, el marketing y conquistar retos.

Una pelea con un profesor truncó su carrera de artes plásticas y optó por hacer lo segundo que mejor conocía: administración de empresas. Por más de cuatro años trabajó en la empresa familiar y montó su propio negocio, pero dejó todo para retomar sus estudios y poner su taller.

Con más de 30 años de trayectoria, sus obras han sido seleccionadas en las bienales de España, Francia, Bolivia y exposición temporal en Portugal. Su trabajo más reciente se encuentra en el Museo Internacional de Barroco, con la muestra Evanescencia.

¿Por qué administración de empresas como opción b?

Mi papá tenía una fábrica textil y también me gusta la parte de los negocios; es una empresa familiar, crecí con la fábrica y en la sala había máquinas para calcetines, pero me ha jalado más la parte artística. Aprendí a dibujar mi nombre, me la pasaba pintando las paredes, los sillones y me pintaba el cuerpo, hasta que me metieron a clases de pintura. También me agrada la parte de administración, lo estudié y trabajé en la fábrica con mi papá y mi tío; me gusta mucho la parte de la logística y el proceso de producción, era una fábrica de calcetines y toallas.

¿Por qué se peleó con el profesor de artes plásticas?

Había mucha gente becada en la universidad y el maestro era una persona muy exigente, destruía los trabajos y yo le pedía que explicara bien desde el principio para que la gente que estaba becada no gastara tanto en los materiales, pues eran caros, y eso me costó mi carrera, dejé de estudiar arte por él. Posteriormente hice la maestría en artes plásticas y también tengo varios diplomados y cursos de todo lo que tienen que ver con el arte, además estudié programación neurolingüística, tengo la certificación internacional. Me gusta estudiar al ser humano, el lenguaje corporal, para hacer más empatía y saber cómo aprender a comunicarnos.

Tengo un diplomado en historia contemporánea de las religiones, hermenéutica y teoría del color. Ya han pasado 30 años y hago lo que me gusta, soy una apasionada del arte.

¿Cuál es su música preferida?

Amo la música, depende de muchas cosas, todas me fascinan, sobre todo aquella que te inspira a ser feliz. Los cantos gregorianos me fascinan, pero la música techno, no. Me gusta bailar.

¿Y cuál sería su gusto culposo?

¡Me encanta el reguetón! Qué quieres que haga, me mueve.

¿Tiene un libro favorito?

El Principito, cuando era pequeña nunca le entendía, creo que no es un libro para niños; voy mucho con su filosofía, es uno de los que más me han marcado. Generalmente busco lecturas que vayan a la esencia del ser humano, como los libros de Gabriel Orozco.

¿Qué hace cuando no está creando?

Estoy con mis mascotas, mi familia, mis amigos, me gusta jugar golf, bailar y conocer nuevas propuestas, siempre estoy creando.

¿Se le da la cocina?

No mucho, pero lo que hago me sale bien, mi especialidad son las ensaladas. El café árabe me sale magnífico y también la pasta. Mi comida favorita son las hojas de uva, la comida libanesa, los chiles en nogada me encantan y las chalupas. La comida mexicana me fascina tiene alma, corazón y cuerpo, tiene colores, sabores y formas, eso es arte.

¿Qué trago prefiere?

El whisky

¿Pepsi o Coca-Cola?

Coca, ciento por ciento

¿Dice alguna grosería?

Sí, pero en árabe: acrut, que significa cabrón.

¿Le gustan los perros?

No me gustaban los perros, nunca había tenido uno, pero en un momento difícil para mis papás —fallecieron dos de mis tíos—, uno de mis hermanos les regaló un perrito, pero me pidió que me encargara de las vacunas; en el momento que agarré al perrito y me di cuenta que dependía solo de mí, al segundo día ya era el amor de mi corazón, se llama Nico, es un pomerania blanco, me ha enseñado lo que es la fidelidad. A todos nos saca una sonrisa.

¿Qué serie de tv le gusta?

Casi no veo televisión, pero veo noticieros. Vi apenas una serie que se llama María Magdalena, que me atrapó, está buenísima y tiene de todo, es la única serie que he visto completa, ya que casi no tengo tiempo.

¿Películas?

Me encanta el género romántico, Pídele al tiempo que vuelva ha sido muy especial en mi vida. La música es de Serguéi Rajmáninov, preciosa.

¿Cuál fue el último lugar al que fue de vacaciones?

Me fui a Acapulco, me trae bonitos recuerdos de mi infancia, es un lugar donde no hay poses, ni tienes que vestir formal para asistir a ciertos eventos; además me recuerda mucho a mi tío Jamil, quien falleció; él, al igual que mis padres, me impulsó para que llegara hasta donde estoy ahora.


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