Con un presupuesto “secreto” y sin el programa totalmente terminado de la edición número 50 del Festival Internacional Cervantino —a desarrollarse del 12 al 30 de octubre— este martes se anunciaron únicamente las presentaciones de la Jazz at Lincoln Center Orchestra con Wynton Marsalis y Gustavo Dudamel con la Filarmónica de Los Ángeles.
Convocaron a una conferencia de prensa, a partir de la cual surgieron muchas interrogantes, ya que tanto la directora del festival, Mariana Aymerich, como la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, solo atinaban a responder que sería hasta finales del mes de junio que se darían a conocer los detalles del Cervantino, además del presupuesto asignado, el número de artistas y agrupaciones que se presentarán, así como los espectáculos, sedes y número de países participantes.
- Te recomendamos El Colegio de México realiza el taller Indigenismos en América Latina Cultura
“Esto lo vamos a dar a conocer el día que demos a conocer la programación. Yo les ruego su paciencia”, manifestó Frausto.
Tras este hecho, la directora del Cervantino se comprometió a que el nivel de las otras agrupaciones invitadas será igual al de estas dos orquestas de renombre internacional.
“No son las únicas agrupaciones de alto nivel que tendremos, a finales de junio les daremos a conocer la programación y estoy segura que los vamos a sorprender”, destacó Aymerich.
Indicó que con la tradición de ofrecer funciones fuera de la sede de la llamada Fiesta del Espíritu, ambas orquestas actuarán tanto en el Auditorio Nacional como en la ciudad de Guanajuato.
La Jazz at Lincoln Center Orchestra dirigida por Wynton Marsalis, trompetista y compositor ganador de nueve premios Grammy y el primer premio Pulitzer (1997) otorgado a un jazzista, dará un concierto en el Auditorio Nacional el 29 de octubre a las 20:30 horas, y en Guanajuato el 27 de octubre en La Alhóndiga de Granaditas.
En tanto que la Filarmónica de Los Ángeles, bajo la batuta del director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, interpretará dos obras: la primera de la compositora Gabriela Ortiz, cuya pieza contempla los elementos identitario de Kauyumari, y Fandango, concierto para violín y orquesta del compositor sonorense Arturo Márquez. Tendrán solo dos fechas: el 28 de octubre a las 20:30 horas en el Auditorio Nacional y el 29 de octubre, en el Teatro Juárez.
Aymerich precisó que se está armando un programa con el Instituto Cervantes, "vendrá su representante a México. Estaremos organizando mesas de diálogo y conferencias junto con ellos”.
En cuanto a los Premios Nacionales de Ciencias y Artes, la secretaria de cultura reconoció que todavía no tienen fecha.
“Están en el último tramo de validación de temas jurídicos que tienen que ver con consejería jurídica de presidencia, pero ya están prácticamente listos. Nosotros también tenemos mucho interés en darlos a conocer, estamos esperando los últimos lineamientos jurídicos para que se termine todo el proceso, el cual requiere de firmas en distintos estados y es todo un proceso que se está llevando de manera muy minuciosa. Una vez que se concluya eso, estarán publicados ya muy pronto”.
El arte en Los Pinos
Corea, el país invitado, sirvió para recordar a la secretaria de Cultura que al igual que Los Pinos fueron abiertos al pueblo de México, en aquel país también el espacio identificado como “La Casa Azul” quedó para la visita de los ciudadanos, pues dejó de ser la residencia de los presidentes por 74 años.
Solo que en México, en diciembre de 2018, el gobierno de la 4T difundió junto con los funcionarios a cargo del nuevo centro cultural Los Pinos, que la colección de obras que había pagado el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, y que por varios sexenios había permanecido en la ex residencia presidencial, había desaparecido, se la habían robado, cuando en realidad las obras estaban en resguardo en una oficina de Presidencia, ubicada en Av. Constituyentes.
Frausto aclaró que “en 2018, cuando nos dieron la oportunidad de abrir Los Pinos, no había nada. Entraron muchos medios y notarios públicos con nosotros que han dado fe de lo que existía en ese momento, un cuadro, el Carranza de Siqueiros, y eso era lo que había”.
Relató que después Francisco Toledo les mandó un catálogo de 33 obras que se habían realizado en los 90 para Los Pinos.
“Ese catálogo nos sirvió para poder entregarlo a la oficina de presidencia. Así fue como se dio con las obras que no estaban en Los Pinos. Algunas estaban en mal estado, unas en una bodega o en una oficina de Palacio Nacional; todas se reinstalaron en Los Pinos en la exposición De lo perdido lo que aparezca”.
PCL