Les guste o no, salvé a México en el 68: Gustavo Díaz Ordaz

A 50 años de 1968

En entrevistas posteriores a la masacre del 68, el ex presidente se dijo orgulloso de su gestión y sus decisiones y minimizó la violencia de aquel 2 de octubre.

Díaz Ordaz abraza a Javier Rojo Gómez. (Fototeca MILENIO)
Ángel Soto
Ciudad de México /

Era abril de 1977. Habían pasado casi diez años de la masacre en Tlatelolco y Gustavo Díaz Ordaz acababa de ser nombrado embajador de México en España.

En la conferencia de prensa que oficializaba el inicio de sus labores diplomáticas, un reportero se refirió a los hechos del 2 de octubre como “un hecho que ensombreció la historia” de México. Notablemente fastidiado, Díaz Ordaz respondió: 

“Disiento totalmente […] de que hay un hecho que ensombreció la historia de México. Hay un hecho que ensombreció la historia de unos cuantos hogares mexicanos. Yo le puedo decir que estoy muy contento de haber podido servir a mi país en tantos cargos como lo he hecho. Estoy muy orgulloso de haber podido ser Presidente de la República y haber podido así servir a México. Pero de lo que estoy más orgulloso de esos seis años es de 1968, porque me permitió servir y salvar al país. Les guste o no les guste, con algo más que horas de trabajo burocrático, poniéndolo todo: vida, integridad física, horas, peligros, la vida de mi familia, mi honor y el paso de nombre a la historia. Todo se puso en la balanza. Afortunadamente salimos adelante”.


En el mismo evento, culpó a los estudiantes de haber herido a sus propios compañeros, por su inexperiencia con las armas. 

“De los caídos, dolorosamente caídos esa tarde, la mayor parte tenían clara trayectoria de arriba hacia abajo, porque los disparos fueron hechos desde la azotea del edificio Chihuahua, perversamente contra los soldados y contra sus propios compañeros, o por el nerviosismo del momento y su falta de práctica en el manejo de las armas que ellos habían conseguido o que a ellos les habían dado no pudieron controlar los disparos y no solamente hirieron y lesionaron a soldados, sino también a sus propios compañeros”. 

En 1970, en una entrevista con Ernesto Sodi Pallares, a poco tiempo de terminar su mandato, Díaz Ordaz negó que Octavio Paz hubiera renunciado al cargo de embajador en la India a consecuencia de los actos violentos del 2 de octubre. 

“Ese qué va a renunciar. Muy cómodamente, pidió que se le pusiera en disponibilidad. Es decir, acudió al expediente burocrático de asegurar la chamba y prácticamente está con licencia indefinida”. 


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