Hallan 24 entierros de la nobleza incaica

El imperio de los incas, el más extenso de la América prehispánica, llegó a dominar buena parte del actual territorio de Perú sin que se conociera su presencia en el Valle de las Pirámides; pero ahora, bajo esas milenarias edificaciones, se han hallado 24 entierros de la nobleza incaica.

El hallazgo presentado el miércoles por un grupo de arqueólogos del Ministerio de Cultura confirma que los incas consignaron un gran valor a las pirámides de Túcume, el mayor complejo arquitectónico de este tipo en el Antiguo Perú, con 26 edificios sobre un área 221 hectáreas, entre ellas la más grande de Suramérica.

Las pirámides de Túcume pueden parecer para el ojo visitante una arenosa colina resquebrajada por el paso de los siglos, ya que fueron erigidas hace mil años con adobe en lugar de piedra, mucho antes de que los incas llegaran a esas tierras por el año 1470.

Sin embargo, bajo esas capas de polvo y tierra está el mayor exponente arquitectónico de la civilización Sicán o Lambayeque, una de las más importantes de la costa norte de Perú, que luego fue conquistada por los Chimú, y éstos, después, por los incas.

Tanto unos como otros siguieron confiriendo al monumental complejo el mismo rol ceremonial que le dieron sus creadores, como acreditan las tumbas incas aparecidas en el templo Las Abejas, una de las 26 del complejo.

“Tenemos todas las evidencias de que se trata de un grupo de elite, donde hay hombres y mujeres”, explicó la directora del Museo de Túcume, Bernarda Delgado. Los individuos fueron sepultados junto a cerámicas y envueltos en finas telas, objetos que no acostumbran a encontrarse en los entierros del pueblo llano.

Las cerámicas permiten observar la alfarería de Túcume, fusión de arte lambayecano y chimú, con jarros característicos por llevar en sus boquillas representaciones de cabezas de hombres o de animales.