Si no me hubiera concentrado en la música quizá estaría dirigiendo cine: Ricardo Acosta

Lado B

El pianista comparte que siempre que regresa a su tierra se pide sus gorditas de chicharrón, de picadillo y de huevo. A sus 26 años, el músico concluye ahora una maestría que cursa en Suiza.

A sus 26 años, Ricardo Acosta concluye ahora una maestría que cursa en Suiza. (Mauricio Román)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila /

El trinar de las aves se enclava en la digitalización del teclado de Ricardo Acosta, lo que lo mantiene en constante exploración como compositor e intérprete. A sus 26 años concluye ahora una maestría que cursa en Suiza. 

Y a pesar de que nunca pensó que su afición por el instrumento le llevaría a asumir el oficio de pianista, dice que si no hubiera sido músico probablemente habría sido director de cine, arte visual que también lo mantiene preparando piezas musicales para un amigo cineasta.

¿A qué edad empezaste a tocar?

Empecé a tocar a los seis años con la maestra Mariana Chabukiani.

¿Y cómo fue ese interés por el piano?

En mi casa siempre hubo amor por la música, entonces yo oía y oía y llegó un punto en el que oírlo no me era suficiente y me decía que yo quería más, quería tenerla. Empecé buscando y yo quería tocar batería primero, pero no había maestro de percusión y justo ese año llegó Mariana a Torreón, entonces se juntaron ahí las cosas y yo encantado me quedé con ella diez años.

Curiosamente los músicos más notables de La Laguna son los pianistas.

Sí, por el trabajo de Mariana.

Estás tú y Sergio Vargas. ¿Quién más?

Hay otro niño que trae bien chiquitito, otros que ya están en otras partes de la República, varios.

El joven lagunero fue de los músicos preparados por Mariana Chabukiani. (Martín Piña Reta)

¿Cuáles son las aficiones que te persiguen?

A parte del piano me gustan mucho las películas, soy cinéfilo. Leer, esa es la típica respuesta, pero leer también.

¿Y qué estás leyendo?

Ahorita estoy leyendo a Pedro Páramo. Vengo de leer Rayuela porque como que llegué de Suiza con la práctica del alemán, llegue diciendo ‘Quiero español’, entonces agarré Rayuela y cuentos de Cortázar y de Rulfo, y ahorita estoy con Pedro Páramo.

Esta exploración de la literatura latinoamericana, ahora que vives en Suiza, tiene que ver con la añoranza.

Sí porque estando allá todo el tiempo es concentrarse. Tenía que presentar un examen de certificación de alemán, y entonces es como compensar para tener un equilibrio.

¿Cuando vienes al terruño qué es lo que haces generalmente?

Me pido mis gorditas de chicharrón, de picadillo y de huevo. Veo a mis amigos y a mi familia también.

¿Ahora en qué grado estás, en qué nivel?

Acabo de terminar una maestría de Concertista.

¿Cuáles son tus autores favoritos?

¿Para tocar o para escuchar?

Ambos.

Para tocar Beethoven, Brahms y Chopin aunque no me salga; a Chopin yo lo quiero mucho pero él no me quiere a mí.

¿Se puede pensar que hay una edad específica para tocar a algún autor?

Sí, yo creo que sí. Para un niño igual hay algunas cosas de Beethoven o de Brahms es música más densa, un poco más melancólica, que es esta melancolía que viene con los años. 

Yo recuerdo que cuando era niño Brahms se me hacía muy aburrido pero con la angustia adolescente entró. Los autores para escuchar, Beethoven otra vez, Mozart, Wagner, Beethoven... Messiaen me gusta mucho ahora

Entre las lecturas del lagunero se encuentran algunos títulos en español para apreciar Latinoamérica. (Mauricio Román)

Con un repertorio en recitales que aborda obras de Liszt, Wagner, Messiaen y Beethoven, se le dice a Ricardo Acosta que todo se escucha muy denso.

Sí, es que para mi examen final junté varias piezas porque tienes que tener una propuesta de tema y yo junté temas que tenían que ver con pájaros y la espiritualidad. 

Las piezas de Liszt son inspiradas por San Francisco de Asís con los pájaros. Messiaen escribió unas piezas llamadas Catálogo de pájaros; para Messiaen los pájaros eran como ángeles, él era muy religioso. 

De Beethoven elegí la última Sonata de piano, que casualmente tiene trinos, estas repeticiones que oscilan de dos notas. En las últimas 5 páginas de la Sonata son puros trinos y bueno, eso también tendrá que ver con pájaros o espiritualidad porque es la última Sonata que él escribió en este formato.

 Junté varias cosas y quedó muy padre la idea.

¿Qué tan religioso o espiritual eres?

Nada. A parte era eso, porque me preguntaban ¿Cómo puedes tocar Beethoven?, que en sus cartas habla sobre dios. Yo dije que es un sentimiento parecido, me imagino, el ser religioso a que le guste a alguien la música porque es algo que no existe técnicamente, es el sonido, pero lo sientes.

Entre las pasiones del músico se encuentra leer y ver películas, aunque le pareció "lo mismo". (Milenio Digital)

Si tus autores encuentran la gracia o la presencia de dios en el sonido de un pájaro e intentan imitarlo, ¿en dónde encontrarías la presencia de dios al no ser religioso?

Para mí la música misma es como un testamento de que nosotros como especie tenemos algo importante qué decir; tenemos un alma por así decirlo, y que nos conecta. 

Mi maestro me recordaba que yo no soy religioso, yo le respondía que no lo soy, pero soy objetivo con estas piezas porque no me voy a sugestionar y ver algo que no está ahí.

Antes de empezar la entrevista decías que te puedes sentir a gusto en todos lados o en ninguno.

Sí, era el decir que me siento a gusto o no me siento a gusto en ningún lado, como lo del vaso medio lleno o medio vacío.

Hay añoranza pero no te afecta tanto pasar de un clima desértico a un sitio con nieve.

No, no. Con que tenga el Spotify y café es suficiente.

¿Si no hubieras sido músico, qué habrías sido?

Me hubiera gustado hacer películas.

¿Cuáles son tus directores favoritos?

Christopher Nolan, Kubrick, Lars von Trier, Tarantino.

Pura densidad.

Sí.

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