A lo largo de su vida, Hugo Hiriart ha encontrado en algunas herramientas geométricas formas para contar la realidad: la línea “recta es leal, cumplida, confiable, perfecta, a los ojos de cualquier madre, para novio de joven inquieta y casadera. Aunque, claro, el corazón de la joven soñadora puede preferir el ir y venir imprevisible de la veleidosa curva, suave y exploradora…”
Un tema al que vuelve de manera constante, como se verá en su participación dentro del ciclo Lecturas estatutarias, de la Academia Mexicana de la Lengua, donde el escritor, dramaturgo y académico evocará los ensayos “Rectitud de la línea recta” y “Apogeo del punto”, los cuales parten de su origen geométrico, pero terminan en una metáfora de la creación, si bien ambos ensayos son descritos por el académico como “sesudas perplejidades” sobre “el proletariado de la geometría”.
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En el primero, elabora un perfil de la línea recta, desde su concepción en la antigua Grecia, hasta su papel como metáfora de la vida, para lo cual crea una metáfora alrededor de la rectitud. Ésta representa la fidelidad, lo constante y lo inamovible, en contraposición a la línea curva, que es cambiante y más atrayente para las personas, “una idea no sólo relacionada con la ética, sino también con la pintura, formando así un trabajo en donde confluyen la literatura y lo visual”.
En el segundo ensayo, el punto se convierte en la musa del escritor, quien crea un canto alrededor de él, y resalta sus atributos matemáticos, gramáticos y temporales: retoma a los griegos para hablar de algo más grande que un punto escrito o de sus características geométricas: su papel en el instante, en el espacio de la eternidad.
Ambos ensayos formarán parte de su participación en el ciclo Lecturas Estatutarias, a desarrollarse este jueves 14 de enero, a las 13:00 horas, a través del Facebook de la Academia Mexicana de la Lengua.
PCL