ICOMOS-México pide intervención de AMLO para frenar destrucción en Teotihuacan

Saúl Alcántara Onofre, presidente de ICOMOS-México, advierte que la superficie afectada es de 11 hectáreas.

La construcción se realiza día y noche; al fondo a la derecha se aprecia una de las pirámides. (Foto: Jane Kadala)
Ciudad de México /

El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS-México, pide la intervención urgente del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y de la Fiscalía General de la República para frenar destrucción arqueológica y del patrimonio federal en Oztoyahualco, en Teotihuacan, emprendida por una empresa privada.

Al constatar el daño ocasionado a la ciudad donde los hombres se convierten en dioses por una construcción de lo que pretende ser  “un centro recreativo”, justo en el polígono B del sitio prehispánico, Saúl Alcántara Onofre, presidente de ICOMOS-México, organismo “A” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), solicita la actuación inmediata de las autoridades correspondientes.

“Es importante la atención del presidente de la República, ya que con estas construcciones de estilo chatarra, Teotihuacan se volverá un relicto decadente y patio trasero del nuevo Aeropuerto de Santa Lucía. El municipio debe clausurar la obra. La afectación al paisaje cultural y a las visuales consagradas por la memoria se verán afectadas irremediablemente”, expone el miembro emérito de la Academia Nacional de Arquitectura.

En entrevista con MILENIO, Alcántara Onofre sostiene que la Fiscalía General de la República debe intervenir de inmediato para detener “esta atrocidad”, que ya arrasó con los vestigios de una zona habitacional prehispánica, por lo que existe una denuncia penal realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia con fecha de 20 de abril de 2021.

Al hacer una relatoría de los hechos a los que califica como “un verdadero crimen de los inversionistas rapaces”, indica que el 1 de marzo iniciaron las obras en Oztoyahualco, Ejido de Purificación, en el municipio de Teotihuacan. Tres días después, Rogelio Rivero Chong, director de la Zona Arqueológica de Teotihuacan, suspendió con sellos esos trabajos “por violaciones a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos”, pero no fue suficiente. El 30 de marzo se tuvo que realizar una segunda suspensión, pero los sellos fueron retirados por los trabajadores.

Sin permisos y con impunidad

Alcántara Onofre cuestiona que “el 17 de abril el INAH realizó la denuncia penal ante el Ministerio Público. El 20 de abril se admite la denuncia, la cual aún no pasa a un juez. La obra en Oztoyahualco, construida por una empresa privada, no tiene autorizaciones del Municipio de San Juan Teotihuacan ni del Gobierno del Estado, es totalmente irregular, espuria. La Fiscalía General de la República con sede en Texcoco lleva sus propios tiempos, no ha judicializado la carpeta, no la ha pasado a un juez para que gire alguna orden de aprehensión. El proceso lleva un mes y no avanza, mientras las obras están aceleradas trabajando día y noche en la impunidad total”.

El también arquitecto especializado en restauración de monumentos indica que la superficie afectada es de 11 hectáreas, un área de amortiguamiento para proteger a los valores universales y excepcionales de Teotihuacan, como se aprecia en un mapa de René Millón de 1973.

Esta construcción implica un acto de corrupción, advierte Alcántaro Onofre. “No hay otra explicación para que se intervenga con una inversión tal sobre un sitio emblemático del país, y se construya sobre los vestigios de una de las civilizaciones más reconocidas en el mundo. Es producto de la arquitectura del horror del señor René Monterrubio, el propietario del lugar. Una agresión de esa naturaleza en pleno siglo XXI es algo surrealista; no cabe en la mente que pueda acontecer esta situación, imaginémonos en Egipto se construya un parque de diversiones al lado. Sería inaudito”.

Con los trascabos y la maquinaria se destruyeron además de los basamentos piramidales, el suelo cultural y patrimonial de Teotihuacan, ya que los vestigios están casi a flor de tierra, muy cercanos a la superficie. El presidente de ICOMOS sostiene que quedó destruida una parte de la zona habitacional que contaba con pavimentos con estucos, por lo que no dejaron nada a la investigación arqueológica debido a que arrasaron con el pasado tan glorioso de esta ciudad que llegó a tener 100 mil habitantes.

En un comunicado, la Secretaría de Cultura federal y el INAH declararon su “rechazo total a la impunidad con la que se ha conducido el o los propietarios de las parcelas 23 y 19 del poblado de Oztoyahualco, Teotihuacan, dado que nos enfrentamos a una conducta reiterada y soberbia por parte de quienes alientan esas obras irregulares, que afectan una zona rica en vestigios de los primeros asentamientos de la ciudad vieja de Teotihuacan”.

Más adelante se informa que “hemos llevado a cabo todas las acciones correspondientes para perseguir la comisión de presuntos delitos contra el patrimonio de la nación, de acuerdo con la Ley de la materia, y con el fin de detener los daños que se están ocasionando en el área al valioso patrimonio arqueológico que se alberga en el subsuelo, el cual incluye al menos, 25 estructuras arqueológicas y grutas con vestigios prehispánicos”.

PCL

  • Leticia Sánchez Medel
  • letymedel@yahoo.com.mx
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.

LAS MÁS VISTAS