De entre el lodo, piedras y cemento se descubrió una compuerta de origen colonial del Albarradón de San Cristóbal, de 8 metros con 40 centímetros de largo. Este vestigio aún conserva 11 petroglifos y relieves estucados, entre los que destaca un teocalli, o templo, coronado con tres lóbulos que representan gotas de lluvia, asociado al dios Tláloc.
El Albarradón mandado a construir en 1604, por órdenes del virrey Juan de Mendoza para evitar la inundación de la capital de la Nueva España, se localiza en plena vía Morelos, frente a la Casa de Morelos, en Ecatepec, en el Estado México, y se descubrió porque por ahí se había proyectado el paso del Mexibús.
Tras dicho hallazgo, la ruta de este sistema de transporte, que correrá de Indios Verdes hasta Ojo de Agua, se tuvo que mover 50 metros.
Raúl García Chávez, coordinador del proyecto de salvamento arqueológico y puesta en valor del Albarradón de Ecatepec, indicó que esas acciones se tomaron desde el año pasado, para preservar parte de la construcción virreinal, la cual pertenece a un dique de cuatro kilómetros, diseñado en el siglo XVII para contener las aguas que venían de los lagos Xaltocan y Zumpango al de Texcoco.
Los arqueólogos descubrieron en el sistema constructivo de la compuerta del Albarradón, que están presentes algunos símbolos prehispánicos. La razón es que fue edificado por las manos de tres mil indígenas, de acuerdo con fray Juan de Torquemada.
Dicha compuerta está ubicada en el Patio de Diligencias, a 500 metros aproximadamente del inicio del Albarradón, y a unos cinco metros de profundidad. Su relevancia arqueológica, a decir de García Chávez, es que pertenece a una de las tres compuertas originales del dique, las otras dos estaban en lo que hoy se conoce como Casa de Morelos y la otra en Venta de Carpio.
Del otro lado de este vestigio arquitectónico, explicó, decidieron excavar y “lo más sorprendente es que encontramos una compuerta de madera, que es un hallazgo único en todo lo que son los sistemas de diques de la cuenca de México, porque por lo general, ese tipo de elementos difícilmente se conservan. Tenemos dictamen de la dirección de conservación de patrimonio arqueológico, en donde se establece que se va a recuperar el maderamen de esta compuerta y se colocará en una área museográfica de la Casa de Morelos, donde se realizara una sección especial del Albararradón de Ecatepec”.
El arqueólogo Juan Manuel Toxtle, mostró el sistema en cómo fue construida la posible compuerta: “tenemos dos vigas y el pilote que detenía a una de ellas. En nuestra excavación encontramos qué hay otra viga más abajo como a un metro de distancia y elementos asociados como clavos de metal, de unos 15 centímetros, los cuales, probablemente, fueron utilizados para unir las dos vigas", comentó.
García Chávez explicó que durante todo el trabajo de salvamento arqueológico, descubrieron que todo el sistema constructivo del Albarradón se hizo en un solo momento, es decir, los documentos hablan de que en ocho meses se construyó el Albarradón de Ecatepec, con cuatro kilómetros de distancia, por eso tiene un mismo sistema constructivo.
“Estamos hablando de dos muros, uno de los cuales está hundido, luego colocan el camino y del otro lado ponen otro muro”.
Dentro de esta investigación se exploró otra compuerta con un túnel que va por debajo de la Avenida Morelos.
Este pasaje subterráneo que se apuntaló, todavía conserva la forma original y el chaflán por donde pasaba el agua, mide dos metros de diámetro.
Luis Antonio Buitrón, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)/Estado de México, detalló que esta primera fase que el instituto ha generado para la rehabilitación del Albarradón de Ecatepec tiene una conclusión, para que sea utilizado como espacio público, en no más de 30 días.
Para Javier Martínez Burgos, coordinador estatal del Monumento Histórico del INAH, uno de los hechos más importantes es el poder constatar de manera física y material mucho de lo que solamente está escrito en los textos de la Conquista y fundación de la Nueva España, una obra como ésta del dique o Albarradón de San Cristóbal, había quedado en los libros, uno de los grandes aciertos es poder ver físicamente lo que implicó una obra hidráulica de estas características.
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