Los hallazgos de más de siete mil años de historia, localizados en una caverna prehistórica en Tabasco, son recreados en la exposición Puyil, la cueva de los ancestros, que se exhibe en el Museo Nacional de Antropología hasta el próximo 7 de septiembre.
Esta exhibición reviste un especial significado porque “añade a la historia de la humanidad evidencias de periodos más remotos que de las civilizaciones olmeca y maya. De esta manera damos un impulso a la prehistoria y contribuimos a despertar las admiración, por lo que puede ser un inventario de rituales y símbolos, como el culto que rendían las antiguas poblaciones al resto de sus ancestros”, dijo Arturo Núñez, gobernador de Tabasco.
Por su parte, María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura, detalló que “del interior de la caverna fueron recuperados restos humanos con más de 7 mil años de antigüedad que comparten rasgos y características con otros vestigios descubiertos en las regiones de Guatemala, Cuba, Perú, Bolivia y Brasil y que nos remiten a la prehistoria a las corrientes migratorias de los primeros pobladores del continente, fueron también descubiertas piezas de jade, cerámicas, pedernales, conchas y obsidiana que formaban parte de las ofrendas y ritos ceremoniales”.
El arqueólogo Luis Alberto Martos, investigador del INAH indicó que la trascendencia de este hallazgo es el vínculo de esta caverna prehistórica y el uso que le dieron posteriormente los mayas, agregando a los vestigios prehistóricos los materiales de sus propios rituales.
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