La trascendencia de la Reina Roja de Palenque, Tz’ak-bu Ajaw, enterrada en una pirámide —al lado de otro basamento mayor, donde pocos años después serían depositados los restos de su consorte, K’inich Janaab’, el rey Pakal—, fue recordada ayer al inaugurar el presidente Andrés Manuel López Obrador el pabellón donde se preservan sus restos con el atuendo con el que fue sepultada.
El mandatario recordó que el arqueólogo Alberto Ruz descubrió la tumba de Pakal, el gobernante fallecido el 28 de agosto del 683. A principio de los 50, su ubicación fue uno de los más grandes descubrimientos arqueológicos del mundo, pero “se le escondió la Reina Roja”, dijo en broma.
En la ceremonia transmitida de manera virtual, López Obrador expuso que el hallazgo de la Reina Roja, registrado en el Templo XIII el 1 de junio de 1994, se logró con la participación de los gobiernos de ese entonces, y sobre todo por la participación de los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
“Arnaldo González Cruz está aquí con nosotros —afirmó—. Él encabezó la exploración y merece un aplauso. Leí un libro de Adriana Malvido sobre cómo encontraron este entierro y los momentos tan emocionantes que vivieron. Ella habla de mujeres que le acompañaron, también arqueólogas, estudiantes que llevaban a cabo sus prácticas en Palenque. También para ellas nuestro reconocimiento”.
Perpetuar el linaje
La Reina Roja es identificada como “la señora gobernante de las sucesiones”, debido a que su tarea es perpetuar el linaje de Pakal, explicó durante la ceremonia Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
“Una serie de inscripciones alusivas a Tz’ak-bu Ajaw nos permiten saber que no era originaria de Palenque, sino de Oxtecook, lugar de los dioses del árbol, cuya localidad no ha sido ubicada arqueológicamente —indicó el funcionario—. Existen indicios de que estaba ubicada al oeste de Palenque, entre las llanuras de Tabasco y en la sierra norte de Chiapas. Según las fuentes epigráficas, la señora falleció el 13 de noviembre del año 672 y sus restos fueron depositados en otra estructura, al lado del Templo de las Inscripciones donde 11 años después de su muerte sería inhumado K’inich Janaab’, Pakal o Pakal el grande, cuya tumba fue encontrada por Alberto Ruz en 1952”.
En su intervención, Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal, expuso: “hoy la Reina Roja será símbolo ancestral de la mujer contemporánea, como lo fue en su momento de la cultura maya. No es el único lugar en donde se encuentran espacios prehispánicos dedicados a la mujer, tenemos ejemplos en Tlaxcala, en un sitio que está alineado con la Malinche e Iztaccíhuatl”.
La funcionaria destacó que “también está el monolito recién descubierto que representa a una joven gobernante en la Huasteca Veracruzana llena de fuerza y misterio o como la misma Coatlicue. Serán inspiración y símbolo para las niñas, jóvenes y mujeres mayas de hoy, pero también para todas las mujeres de México”.
Salvaguardar el patrimonio
En un momento en que las investigaciones arqueológicas están paradas por la pandemia y por la falta de recursos, Diego Prieto expresó que con la inauguración del Pabellón de la Reina Roja, México acredita su vocación de investigar, proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y que, con ello, “se contribuye a las transformaciones históricas que México necesita y que entre todas y todos estamos llevando a cabo desde el 1 de julio de 2018”.